Fundación del Monasterio de Canónigos de Carbajal bajo la regla de San Agustín

Versión de este capítulo de nuestra historia a partir de los tomos muy interesantes: España Sagrada, del P. Manuel Risco, de 1786, e Historia de San Isidoro, de Julio Pérez Llamazares, abad de San Isidoro, de 1927. Ambos se pueden encontrar en la Biblioteca Digital de Castilla y León.

Los monasterios de San Juan y San Pelayo en León y San Isidoro y el traslado de sus monjes a Carbajal de la Legua

La fundación en el S. XII del Monasterio de Canónigos Reglares de Carbajal, bajo la Regla de San Agustín, y el posterior traslado de las Monjas de San Pelayo de León a Carbajal, está estrechamente relacionado con la construcción de San Isidoro de León después de que llegase su cuerpo a la ciudad en un periodo de la Reconquista cuyos protagonistas fueron el Rey y Emperador Alfonso VII de León y su hermana Dña. Sancha Raimúndez.

Los primeros datos que tenemos sobre el lugar que hoy ocupa San Isidoro de León es que allí había dos monasterios, en el siglo X, dedicados a San Juan y a San Pelayo, un niño que había sido martirizado en Córdoba en esas fechas (año 925) y cuyos restos fueron traídos a León. Este monasterio de San Pelayo fue mandado construir por Sancho I y allí fue a residir su hermana Elvira, monja, junto con las hermanas de su congregación, procedentes muchas de familias reales y de la alta nobleza; por lo tanto, este edificio gozaba ya de presencia real desde sus inicios y era una comunidad femenina. Estos edificios fueron destruidos por Almanzor y el cuerpo de San Pelayo fue llevado a Oviedo para su protección junto con las monjas (a las que hoy se las conoce cariñosamente con el nombre de Pelayas).

Los monasterios fueron mandados reconstruir por Alfonso V y se reorganizaron las comunidades de monjas y de los canónigos que asistían a la catedral y daban servicio a la congregación de monjas.

Su hija, la reina Sancha I de León, mandó construir un edificio mayor y más noble, con el Panteón de los Reyes que después mando pintar Urraca I de León, tal como hoy conocemos, y para darle prestigio mandó traer de Sevilla el cuerpo de San Isidoro. En 1063 se consagró esta nueva iglesia bajo la advocación de San Isidoro.

Los reyes mantenían una absoluta protección del templo, hacían valiosos regalos de joyas y celebraban en él todos los acontecimientos sociales posibles.

Fundación del Monasterio de Canónigos Reglares de «Carvajal», bajo la regla de San Agustín, hecha por el Obispo Don Juan en favor de los Canónigos de la Catedral de León.

En la antigüedad, un grupo de clérigos auxiliaba al obispo comenzando una vida en común  y renunciando al uso privado de sus bienes, según la regla visigótica. Estamos hablando de los siglos anteriores al X y por lo tanto a la asistencia en una catedral románica.

Pero se estaban produciendo muchos cambios en Europa y en España, no sólo políticos, también religiosos con nuevas reglas y ordenamientos.

Imagen de la publicación
Texto en «España Sagrada LXXI, CAP III: Catálogo de los Obispos de León, D. Juan Albertino desde el año 1139 hasta el 1181.

En el año 1144, «el Obispo D. Diego (1112-1130) introdujo en su iglesia de León nuevo género de vida moderando la disciplina que se había observado en siglos anteriores (…) Algunos Canónigos de espíritu fervoroso no estaban satisfechos con el nuevo sistema y deseaban vida más regular y perfecta».

Uno de los que más apetecían cumplir con el canon establecido en el Concilio de 1063 era D. Pedro Arias, prior de la Sta. Iglesia de León que junto con su compañero Álvaro Martínez Muñoz trasladaron sus deseos al nuevo obispo de León D. Juan Albertino (1139-1181) , quien hizo lo posible por cumplir su deseo.

De esta manera, se les entrega terreno en Carbajal de la Legua para asentar allí un monasterio donde poder hacer vida común en el estilo que pretendían.

«en la ribera del río Vernesga, en territorio propio de la iglesia de León, y en lugar que hasta ahora conserva el nombre de Carvajal (…) observando en este lugar la regla de S. Agustín».

Fotografía aérea de la zona
Recinto donde habría estado el Monasterio de Canónigos y posteriormente de «Carbajalas» en la localidad de Carbajal de la Legua. Foto tomada en los años 90 del s. XX; foto cedida por Jesús Santos.

«El día 24 de febrero de 1144, firmó el obispo junto con su cabildo, la escritura de fundación de un Convento, que llama canónigo regular, cuyo establecimiento dice se dirigía a honra de Dios, de la gloriosa Virgen María, y de la Santa Sede Legionense» (…) y el fin de esta obra era que los Canónigos de la Catedral u otras personas que quisiesen hacer vida más religiosa y libre de los negocios del siglo pudiesen cumplir sus santos deseos, observando en lo referido lugar, Regla de N.P. San Agustín, como la más acomodada a la perfección apostólica«

El obispo les concede las mismas prebendas que tenían en La Catedral para que pudieran sustentarse.

«…Además del sitio necesario para la fundación del Monasterio, y demás edificios les dona la villa de Carvajal, con todas sus tierras, viñas, montes, y demás bienes que tenía, y podía adquirir en adelante; la hacienda de la Iglesia de S. Marcelo en el mismo lugar, el Monasterio de S. Tirso de Valdecastro, con las pertenencias que constaban de sus escrituras, la heredad de Sariegos; y finalmente les permite que puedan retener libremente todo lo que ofrecieren al Convento los Reyes, Obispos y demás personas; de suerte que ninguno pueda contradecirles, ni inquietarlos en su posesión. (…) Concede todo lo que expresa la escritura al Monasterio referido de Carvajal en las personas de Pedro Arias y Álvaro Martínez de Muñoz, que fueron los primeros que se dedicaron a vivir conforme a la Regla de San Agustín y a quienes se dio el dicho lugar para que ellos fundasen el Monasterio»(p195).

Restos encontrados del Monasterio. Fotos de Moncho Franco.

Traslado de los monjes de Carbajal a San Isidoro de León por petición de Doña Sancha y su sustitución por las monjas benedictinas.

Don Pedro Arias y sus compañeros gozaron muy poco tiempo del Monasterio pues fueron trasladados a San Isidoro de León cuatro años después, en 1148. por deseo de la infanta Doña Sancha (p 199).

La Infanta Doña Sancha, hermana del Rey Emperador Don Alfonso, mantenía una veneración fervorosa a San Isidoro y quiso que tuviese culto público, continuo y solemne y consideró que para cumplir sus deseos nada mejor que se instalasen allí una Comunidad de Canónigos que profesasen la regla de San Agustín por lo que rogó muchas veces a su hermano el traslado de los monjes de Carbajal, a quien esta petición le parecía importunar a aquellos que tan recientemente habían fundado allí su monasterio. Pero hallábase el Rey Alfonso en lucha contra los moros en la plaza de Baeza y siendo aquellos más numerosos daban los cristianos por perdida la batalla y la vida, cuando, estando dormido el rey, se le aparece un «venerable pontífice resplandeciente como el Sol» que le dijo que no temiese, al preguntarle quien era contestó que Isidoro, sucesor del Apóstol Santiago en la predicación de España. Al despertar el rey mandó, aquella misma noche, complacer los deseos de su hermana Doña Sancha y trasladar a los Canónigos de Carbajal a San Isidoro de León e instituir una ilustre cofradía. Al día siguiente, en la batalla, los guerreros cristianos fueron acompañados por San Isidoro pudiendo vencer a los infieles, entrando el rey D Alonso en la ciudad ese mismo día.

Grabado aparición San Isidoro
Grabado sobre la aparición de San Isidoro en el documento de Julio Pérez Llamazares Historia de la Real Colegiata de San Isidoro de León (Op. Cit.)

A su regreso a León en 1147 el Rey establece la Cofradía del Santo Doctor la cual tomó por divisa el Pendón de Baeza en el cual el Rey mandó bordar la aparición de San Isidoro, a caballo, con su capa pontifical, con una cruz en la mano y la espada en la otra.

Fotografía Pendón de Baeza
Pendón de Baeza que mandó realizar Alfonso VII al constituir la Real Cofradía de S. Isidoro, se conserva en su museo. Foto del DIARIO DE LEÓN 1-agosto-2015

Se trae el cuerpo de San Isidoro a León y se instala en ese momento en la Iglesia de San Juan. Se considera que éste no es sitio suficiente para albergar a los canónigos de Carbajal y dado que las monjas ocupan el monasterio cercano donde descansa el cuerpo de San Pelayo, que se había traído de Córdoba, se las traslada a Carbajal para que los monjes pudieran ocupar ese espacio. De este modo, las monjas fueron trasladadas al monasterio de Carbajal, lugar espacioso y bien dotado pues había pertenecido a los Canónigos de la Catedral y estos ocuparon el monasterio de San Pelayo en León; se traslada el cuerpo de la iglesia de San Juan a la de San Isidoro y se les da a los monjes este lugar también, junto con el Monasterio de San Salvador, extramuros, y el de Santa Marina (pp 192-205)

Para dar solemnidad a este traslado, se firma en las Cortes que se celebran en Palencia el 18 de febrero del 1148

En 1600 las monjas benedictinas, hoy conocidas como Carbajalas, son trasladadas de nuevo a León, lo que veremos en un capítulo aparte.

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DOCUMENTACIÓN:

DOMINGUEZ SÁNCHEZ, Santiago (2000). Colección documental del Monasterio de Santa María de Carbajal (1093-1461). León: Centro de Estudios e Investigación «San Isidoro». ISBN 84-87667-42-2

GARCÍA MARTÍNEZ, AÍDA: Aproximación crítica a la historiografía de San Isidoro de León. Universidad Autónoma de Madrid 2005

PÉREZ LLAMAZARES, JULIO (Abad Prior de San Isidoro) Historia de la Real Colegiata de San Isidoro de León León. Imprenta Moderna 1927 – p 55) Varias Páginas. Buscar «Carbajal»

QUADRADO, JOSÉ MARÍA: Asturias y León, sus monumentos y artes, su naturaleza e Historia. Barcelona 1885 Ed. de Daniel Cortezo y Ciá. pp 476 y ss)

RISCO, MANUEL (R.P.M.Fr.- Orden de San Agustín): España Sagrada. Memorias de la Santa Iglesia exenta de León, concernientes a los siglos XI, XII y XIII. Madrid. 1786. oficina de Pedro Marín. Tomo XXXV y XXXVI p. CXV

http://xurdemoran.blogspot.com/2018/05/carbajal-de-la-legua-villalbura-y.html

WIKIPEDIA: Obispos de León; https://es.wikipedia.org/wiki/Anexo:Obispos_de_Le%C3%B3n

PARA SABER MÁS

ECURED Monasterio de Santa María de Carbajal.

La tradición del Carnaval en el municipio de Sariegos

El carnaval en una fiesta popular que se celebra sobre todo en los países que tienen una tradición cristiana y se inicia justo unos días antes de la Cuaresma. No hay fecha fija, depende del calendario litúrgico, pero suele ser entre febrero y marzo. Significa «despedida de la carne» ya que hace referencia a que a continuación llega la época de la Cuaresma hasta la Pascua donde los cristianos evitan comer carne roja.

El carnaval se suele festejar desde el domingo hasta el martes, antiguamente el día más significativo era el martes de carnaval. Son días donde la gente aprovecha para disfrazarse de aquellos personajes que les gusta, se ocultan identidades, se usan máscaras y ropas diferentes… todo ello marcado por las ganas de divertirse y mezclado con colorido, risas, ilusiones, y sobre todo mucho humor.

La gente que se disfraza tiene diferentes motivos: para ser otr@s, para divertirse, para socializar, para romper normas, para hacer lo que nunca hacemos… Lo cierto es que nos puede gustar más o menos, pero esta celebración se viene repitiendo año tras año donde las diferentes generaciones han dejado su huella sobre todo a nivel rural.

Durante el franquismo se prohibió el carnaval, el último fue en 1936. En la época de la guerra se consideró que no era muy conveniente exteriorizar las alegrías. Ya cuando acabó la guerra se promulgó una orden el 12 de enero de 1940, en la que se seguía con dicha prohibición. Much@s vecin@s de nuestra zona que nacieron en los años 50 recuerdan ahora entre risas como se disfrazaban a escondidas esos días y el miedo que tenían por si acaso les pillaban, siempre se oían casos que avisaban que los mozos de la zona andaban con caretas. Fue en 1977, pasados dos años de la muerte de Franco, cuando se volvieron a celebrar las fiestas de los carnavales en España con plena libertad.

El municipio de Sariegos no es ajeno a otras zonas de León, pero no tiene testimonios fotográficos o escritos, que se sepan, sobre tradiciones tan arraigadas como en Velilla de la Reina, Llamas de la Ribera, Sardonedo, Alija del Infantado, La Urz, Riello… Tal vez sí pudo haber ese tipo de representaciones populares, pero a día de hoy no se ha podido comprobar con testimonios fehacientes. Pero hasta nuestros días sí que han llegado canciones que se cantaban en Carnaval. Se reunían en un lugar céntrico del pueblo, que solía ser en la zona de las escuelas y allí llegaban niños y algún adulto, porque el carnaval no entiende de edades, las ganas y el humor está en cada persona independientemente de la edad.


No había dinero para comprar disfraces ni nada parecido, se solían vestir de «guirrios» y de «gitanas» con ropa vieja que pudieran encontrar por casa y aprovechar ropa antigua de «rodaos» y pañuelos que eran de las abuelas. También era común que los chicos llevaran caretas de cartón que solían comprar en León.

Se solía recorrer las calles del pueblo e ir a los pueblos cercanos. Según testimonios recogidos por la Asociación Sociocultural «La Panzuela » de Pobladura del Bernesga en su revista » Pregunta a tus mayores» 2008, aparece la siguiente información: «El domingo, después de comer, era la hora de empezar los preparativos para la gran transformación. Una vez disfrazados, se recorría las calles del pueblo, pasando casa por casa, cantando una canción y, a cambio, recibían aguinaldo, como huevos, patatas, chorizo, caramelos, rosquillas y alguna moneda, con lo cual, una vez pasados estos días, se reunían para poder celebrar una merienda con todo lo recolectado. El martes de carnaval, se volvía a salir disfrazado de diferente manera y lo que se sacaba de pedir por las casas se añadía a lo del domingo anterior».

«Antiguamente, no había dinero para comprar trajes para el carnaval. Así que había que desarrollar la imaginación. Era muy común que, tanto hombres como mujeres, se disfrazaran de «guirrio». Esta palabra hacía referencia a una forma de vestirse muy peculiar. Así el martes de carnaval, la persona que se disfrazaba de guirrio se ponía un sombrero, visera… roto. La cara la pintaban de carbón o tapada con alguna tela, para que nadie les pudiera reconocer. Alrededor del cuello ponían, a veces, cencerros; así cuando andaban o se movían éstos hacían ruido. En la parte del torso solían buscar aquellas cosas más estrafalarias, rotas (entre más roto, mejor), una chaqueta de colores, con o sin mangas, o una gabardina con el forro al revés. Colocaban en los ojales latas colgando o plumas. También se ponían una zamarra de pastor, toda pelada. Para que nadie les conociese, ponían almohadas, para desfigurarse: jorobas, barrigas y pecho era lo más común. Para la parte de abajo buscaban los pantalones más rotos que hubiera; también había gente que se ponía calzoncillos largos de invierno. Un detalle que hacían era colocar «un moquero» blanco, saliendo de la cremallera del pantalón. En los pies calzaban alpargatas distintas. Todo ello para llamar la atención y despistar al personal»

Hasta nuestros días han llegado alguna canción ésta la cantaban las mujeres de Sariegos en los días de carnaval al son de panderetas y castañuelas :

Al subir por Valdepegos , y al bajar a la Calera, visitamos estos pueblos, capital de la ribera. Ya está, ya está, la música bien formada, para pasar divertidos, los días de carnaval.

LOS CARNAVALES DE LA ÉPOCA DE LOS AÑOS 80 Y 90 EN AZADINOS

( Por Lorena Marcos)

Supongo que como en los demás pueblos del municipio, se solían celebrar el sábado antes de carnaval, por las calles de los pueblos, nos juntábamos todos en las escuelas y recorríamos por las calles en las que los vecinos nos daban una propinilla con la que al sábado siguiente celebrábamos una merendona en algún local de alguna casa del pueblo. Recuerdo con mucho cariño, y todos los de mi época lo recordamos, a Celia (teatro) ya que era muy generosa, y no nos dejaba marchar de su casa hasta que no nos veía uno por uno, nos daba un beso y un «bollicao».

Más de una vez, celebramos la merienda que nos preparaban nuestros padres en el local de su casa, era toda una fiesta.

El martes de carnaval ,íbamos disfrazados al cole ya que, de aquella, sí había clase, y luego, solíamos ir a ver el carnaval a León con nuestros padres.

Maravillosos años, lástima que esas costumbres, se hayan ido perdiendo un poco, porque, aunque algo hacen, lo que no tienen es la unión de jugar en la calle.

Saludos cordiales

DOCUMENTACIÓN:

ÁLVAREZ SIERRA, SANTIAGO: Pobladura del Bernesga (1976 a 2001). Doc. sin publicar. p. 26

Recuerdos del «Pradón de los Monjes»

Recuerdos de un vecino del municipio:

Voy hacer un pequeño recordatorio de los orígenes de esta finca que estuvo regentada por una congregación religiosa y que, por la ley promulgada por el gobierno de la época denominada “Desamortización de Mendizábal”, allá por el año 1798, estos bienes de congregaciones religiosas (procedentes en su mayoría de donaciones), fueron expropiados por el gobierno, saliendo a la venta en subasta pública con el agravante del que los adquirieran quedarían excomulgados por la Iglesia Católica. Una vez realizada esta salvedad, la compra fue hecha por un contratista de carreteras de la época, a principios del siglo XIX, de apellido Guisasola a quien no importaba mucho que le imputaran por este hecho y los dedicó principalmente al recreo y cultivo de diferentes productos agrícolas ya que eran tierras muy fértiles y poseía abundantes canales de agua, que se surtían de la Presa del Bernesga y siempre disponían de personal para su cultivo.

Esta finca fue regentada por esta familia hasta finales de la década de los años 60 (Siglo XX) aproximadamente. Esta finca estuvo bastante conservada en sus orígenes, poseía grandes paseos que la recorrían de norte a sur con abundantes árboles frutales y plantas ornamentales que servían para alegrar el paseo a sus propietarios.

La edificación que en ella se encuentra se utilizó como un lugar de recogida y meditación, por la orden denominada «Los caballeros de Santiago» y como albergue de peregrinos durante el siglo XIX y anteriores,

La finca “el Padrón” tenía una capacidad de 10 Hectáreas de terreno de cultivo de regadío, cercada perimetralmente con una valla de piedra de canto rodado sacado principalmente del rio Bernesga, de una altura aproximada de 2 metros. En su interior existían varias edificaciones que se utilizaban en sus orígenes para albergue de peregrinos y establos para las caballerías que utilizaban, el acceso a la finca era a través de una entrada que estaba situada al este de la finca donde comunicaba con el terreno comunal de Azadinos llamado Alisar y desde éste hacía el rio Bernesga, una vez cruzado el mismo, por una senda  denominada «camino de Santiago» se comunicaba por el cauce del río hasta el Hostal de San Marcos, se cree que había una dependencia entre estos por ser utilizados para los mismos fines (Albergues de Peregrinos).

Poseía una puerta principal situada al Norte que era el acceso principal de dicha finca que lindaba por el oeste con la carretera de Caboalles y varias edificaciones que eran utilizadas por el personal que trabajaba en la finca (caseros, jardineros y empleados de labranza).

Una vez traspasado portón con un arco de piedra y en su parte superior labrada una cruz que hacía referencia a la cruz del Apóstol Santiago, una vez traspasada y ya en su interior, había un gran patio cerrado donde todos las edificaciones tenían acceso al mismo, este estaba empedrado para el paso de caballerías, los aposentos se distribuían de la siguiente forma:

En el ala izquierda, una gran nave de una planta construida en adobe, se utilizaba para guardar las caballerías, en ella, los propietarios que adquirieron esta finca guardaban varias parejas de bueyes que utilizaban para la labranza.

En el ala derecha se encontraba la vivienda principal que constaba de 2 plantas se cree que fue la más importante del conjunto de la edificación; en línea con esta, había varios aposentos, un salón de descanso con decoración en sus paredes de escudos de armas y un mobiliario con sillones de madera y tapizados en terciopelo,  a continuación una pequeña capilla adyacente a esta, había otros aposentos que utilizaban como vivienda de verano los propietarios.

Contigua a la nave de la izquierda donde se guardaban las caballerías existía un cementerio con sus tumbas y cruces en las mismas que algunas se leían los nombres de los fallecidos recuerdo algunas inscripciones eran nombres principalmente franceses, posiblemente estas sepulturas fueran de peregrinos que enfermaron y fallecieron en el lugar.

Existía otra nave con vistas a este patio interior de dos plantas construida en adobe que servía para almacenaje de forrajes.

Ahora los restos de este edificio, prácticamente reducidos a la puerta principal, han sido reconstruidos para evitar la demolición total.

FOTOGRAFÍAS:

Algunas de las fotografías arriba presentadas han sido tomadas de las siguientes publicaciones:

Diario de León-22-8-2017- Fotografía de Marciano Pérez

Diario de León-15-06-2016-Fotografía de Pablo Rioja

Noticias Jacobeas-24-8-2017-Fotografía de Otero Perandones

Los molinos en el municipio de Sariegos

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León es tierra de molinos, llegando a ser la provincia con más molinos hidráulicos, en el Catastro del Marqués de la Ensenada se llegan a citar hasta 4.497, la mayoría harineros, aunque también los hubo de linaza. En nuestro municipio contamos con seis molinos hidráulicos que aprovechaban el agua de la Presa del Bernesga para moler el grano, para hacer funciones de serrería e incluso producir electricidad.

Son edificios grandes que sirven de testimonio de una época que representa una parte de nuestra economía municipal y que sirvieron como centro de la vida social de los habitantes de entonces, formando parte del patrimonio cultural y etnográfico de la zona. Los molinos tenían una gran importancia pues sin ellos la producción de cereal en la provincia no tenía sentido, constituían el sector industrial más importante de nuestra provincia, no obstante, con la industrialización, perdimos prácticamente toda referencia a ellos salvo las aquí citadas.

Algunos de ellos están abandonados, rehabilitados o habilitados con un denominador común, ser víctimas del progreso y del desarrollo del mundo moderno. En torno a los años 60 y 70 comenzó el declive de este tipo de molinos, coincidiendo con la implantación de las grandes empresas harineras que hicieron que no fueran productivos, ni competitivos, ni rentables. A todo ello se suma que los habitantes de los pueblos del alfoz comenzaron a trabajar no tanto en la agricultura y ganadería como en el sector servicios, de ahí que las tierras se trabajaran menos porque requerían mucho esfuerzo y dedicación, no teniendo buenas contraprestaciones económicas, cosa que la construcción y otros sectores les proporcionaban.

Como curiosidad cabe apuntar que la siembra del centeno se solía dar en los pueblos de Azadinos, Pobladura del Bernesga y Sariegos. En cambio el trigo se sembraba en Carbajal de la Legua. El tipo de arcilla de caliza era el factor que determinaba la siembra del cereal según la zona.

Vamos a conocer los molinos que están y han estado en el municipio de Sariegos.

Fotografía del libro coordinado por Alfredo Álvarez Álvarez «Mira Sariegos».

MOLINO DEL PISÓN o «MOLINO DE MARCELIANO»

No se sabe muy bien el origen del molino del Pisón, se tiene referencias en el Catastro del Marqués de la Ensenada (1749), cuando se habló de Pobladura del Bernesga se cita que “hay un molino maquilero, de dos ruedas, que llaman el de Arriba y muele centeno». Es propiedad de los herederos de D. Pedro Rodríguez Valcarce, vecino que fue de León y lo administraba Ambrosio Rodríguez, vecino de aquella ciudad. Los Diccionarios de Miñano (1826-1829) y de Madoz (1845-1850) no aluden a molinos.

En un Boletín de la Provincia de León de 1956 encontramos una pequeña descripción: consta de un edificio de 36 metros lineales de fachada por nueve de fondo y se encuentra sobre una finca de una hectárea aproximadamente.

El molino del Pisón, en su última época, ha sido conocido con el nombre de la persona que era propietaria, así que toda la gente del municipio lo recuerda con cariño con el nombre del “Molino de Marceliano”. Según testimonio de su familia directa este molino lo compró la familia y como eran muchos hermanos (11 hermanos varones) el resto adquirió otros molinos y Marceliano se quedó con éste.

Fueron años de mucho trabajo, allí se molía el cereal de la zona, sobre todo centeno y trigo. Marceliano iba con un carro y un caballo por los pueblos para recoger los sacos de cereal, los llevaba a moler y los devolvía a los dueños. En su última etapa se molía para las fábricas de pienso de León pero el avance de las fábricas hizo que estos molinos no fueran rentables.
El cariño y la entrega del molinero hacía su trabajo y propiedad hacía que el señor Marceliano día tras día fuera a visitar su molino, una imagen que muchos vecinos pudieron comprobar ya que era muy habitual verle subido en su bicicleta.

Hoy el Molino del Pisón es una edificio que llama la atención por su envergadura y porque todavía guarda el encanto de una época. Situado en un enclave apartado, hace que muchas personas pasen a verlo desde la vieja carretera que se comunica con la localidad de Carbajal de la Legua.

MOLINO DEL COTO O «MOLINO DE LA PONTONA»

Molino situado en la localidad de Sariegos.

Así está registrado en el Inventario Arqueológico de Castilla y León pero todo el mundo lo conoce como el Molino de La Pontona, debido al paraje donde se encuentra.

Al igual que todos los molinos del municipio era maquilero. Este concepto se debe a que se cobraba “la maquila” (1) ya que no había dinero con que pagar y correspondería a la porción de grano o harina que corresponde al molinero por la molienda.

Varios han sido los propietarios de este molino desde hace muchos años, se sabe que hubo un señor que lo trabajó llamado Pepe y que posteriormente Emilio Farrajón, que descendía de Vivero de Omaña, se trasladó con su madre cerca de la capital y arrendaron un molino en Villabalter y posteriormente se interesaron por el molino de La Pontona y lo compraron.

Este molino sirvió para moler pienso, harina y servía para producir luz para el barrio de La Pontona.

En el año 1994 se compró y se habilitó como vivienda lo que ha permitido que siga conservando su encanto siendo un elemento arquitectónico ligado a la historia de nuestros pueblos.

MOLINO LAGAÑOSO

Este es un molino que muy poca gente conoce. A pesar de estar en la zona de la presa del Bernesga, no se encuentra cerca de la carretera. En la actualidad el acceso a él es complicado porque los caminos de servidumbre están llenos de maleza.  Se encuentra entre la pasarela de Sariegos y la zona llamada Los Barriales de Azadinos. En la actualidad pertenece a la familia Sierra Álvarez.

Al igual que el resto se dedicaba a moler cereal y con el paso del tiempo acabó siendo una carpintería. Cuentan los vecinos de la zona que en los años 50 ya no funcionaba y que estaba cerrado y que era muy común ver a los pequeños que iban a cuidar las vacas a La Vega de Sariegos, ir hasta allí y juntarse la gente de Pobladura y Sariegos para jugar era muy común e hizo que muchas generaciones compartieran momentos de diversión en torno a este molino.

MOLINO Y SIERRA DEL PRADÓN

Al igual que el resto no se sabe con exactitud cuál fue su origen, pero sí que se destinó como molino y luego como serrería. En El Catastro del Marqués de la Ensenada se refiere a un molino maquilero, de dos ruedas, que llaman el de Arriba y muele centeno y pertenece al convento de San Marcos, fue desamortizado (1799-1808) y pasó a manos privadas. En el siglo XVIII ya se conocía de su existencia por documentos donde se menciona la existencia de su torre

Este molino se encuentra en frente del Pradón de los Monjes, en la localidad de Azadinos, en la carretera de Caboalles .Dada la proximidad al río Bernesga y las condiciones naturales para el desarrollo de grandes plantaciones de chopos, se favoreció que existiera en la zona la implantación de una sierra. El último propietario fue Aquilio García.

Era un edificio grande, en la parte superior de la serrería las instalaciones estaban adaptadas para que fuera vivienda de una familia que a su vez ayudaría al funcionamiento y trabajo de la serrería. Debido a la competencia de la industria de la madera los dueños cerraron esta serrería y buscaron otra ubicación en el municipio de San Andrés del Rabanedo.

En la actualidad el edificio se ha rehabilitado y adaptado para la celebración de eventos.

MOLINO CABO DE LA PRESA

Se trata de una instalación que se encuentra situada a lo largo del cauce de la Presa del Bernesga, que trabajaba todo el año, no era estacional y cobraba maquila.

Tampoco se sabe cuándo se construyó, pero en El Catastro del Marqués de la Ensenada ya queda reflejada su existencia y añadiendo que pertenece a José Ibáñez, que era vecino de León y que dicho molino muele con tres ruedas.

Según testimonio de su propietaria,

«El molino fue comprado por su abuelo el 18 de septiembre de 1945 y se lo compró a la viuda de Norberto Arévalo López, y las hijas de éste; Rosa y Carmen. Concretamente lo identifican en la escritura como molino harinero al sitio del Cabo de la presa, Coto y Pontico. Estos señores lo habían comprado en el año 1902. Lo más peculiar es que en la propia escritura se describe el salto de agua que posee el molino y que sigue en vigor a esta fecha, y que la mayor parte de los edificios que componían el molino (porque había otros dos destinados a almacenes) fueron consumidos por un incendio. Lo compró mi abuelo (José Llanos Suárez) en la cantidad de 20.000 pts

En la actualidad, es un molino que se ha rehabilitado para vivienda y sigue conservando la belleza que en su día le hizo único.

Escritura del último cambio de propiedad del Molino Cabo de la Presa

MOLINO DE LOS MORATIELES

Poco se ha llegado a saber de dicho molino, se sabe que está en un paraje llamado “La Becillana” que pertenece al pueblo de Azadinos.

El Catastro del Marqués de la Ensenada alude a él como el de “Abajo” y que sus propietarios eran Constancia García y Juan Llanos, que eran vecinos de Azadinos. Este molino molía con dos ruedas. Al igual que otros molinos, éste en su última época adquirió el nombre de sus propietarios «Los Moratieles«. Cuentan los vecinos de la zona, que a mediados de los años 30 ya no existía y que era un molino que molía harina y que en las proximidades había una casa grande donde vivían unos caseros que cuidaban del molino y de la finca.

En la actualidad, no existe como edificio, desapareció y solamente se puede ver la existencia del mismo coincidiendo que la Presa del Bernesga no lleve agua y pueda divisarse en la acequia resto de alguna piedra que formaba parte de su funcionamiento.

Molinos de rodezno

La mayoría de los molinos hidráulicos de León eran de rodezno.

El rodezno es una rueda horizontal dentada situada sobre el cauce del río que se mueve por el empuje del agua de forma natural. Eleva este movimiento a las ruedas del molino sin necesidad de engranajes n i transmisión alguna, el eje que une el rodezno con la piedra volandera es el que la impulsa. Este modelo es diferente a los de rueda vertical que apenas se conocían en el Norte de la península.

Modelo de rodezno

Modelo de rodezno, rueda horizontal sobre el cauce del río con el eje que eleva el movimiento a la piedra volandera. Molino El Pisón de Pobladura del Bernesga.

(1) La Maquila

La maquila hace referencia a una cantidad variable, es la parte de la molienda que corresponde al molinero; viene del árabe makila o medida y sirve para denominar el sistema de pago en los molinos: el molinero muele el trigo y cobra por su servicio quedándose con una parte de la harina obtenida. En León se tiene referencia a que el cobro era de un celemín por cada quilma de trigo, o saco . Es decir, por cada 80, 85 kg de trigo cobraba unos 6,5 kg de harina

Documentación:

BOP de León de 19 de septiembre de 1956, p 4

PABLO ZAPICO GUTIÉRREZ: Inventario de los molinos de la provincia de León en el catastro de Ensenada y en los diccionarios de Miñano y Madoz. Tesis doctoral. Universidad de Valladolid

Aguinaldo y enramados en el municipio de Sariegos

El aguinaldo es conocido como un regalo o propina que se hace en Navidad. Su origen es muy antiguo y proviene de los pueblos celtas, se llamaba «eguinad» que era, en realidad, un regalo por el año nuevo que se hacía con la pretensión de desear buenos augurios para el año que empezaba. Este regalo consistía generalmente en frutas y nueces de la zona, y así se conservó en la mayoría de los pueblos de nuestra provincia hasta principios del siglo XX.

Los romanos también entregaban regalos al comienzo del año tanto los padrinos a sus ahijados como las personas de clases altas a sus trabajadores, que podían ser obsequios materiales o dinero.

Los primeros vestigios escritos de la palabra aguinaldo con el sentido de «regalo» comienza en castellano aparecen en los albores del siglo XV, siendo utilizada ya por el Marqués de Santillana en uno de sus refranes: «De casa de ruin, nunca buen aguinaldo».

El aguinaldo o entrega de obsequios al comienzo del año, es una costumbre universal que, no obstante, se diversificó en diferentes modos según las edades y también la relación entre quien da y quien recibe, así existió hasta hace muy poco el aguinaldo en modo tanto de propina como de dulces a los trabajadores a domicilio: carteros, lecheros, barrenderos,… al policía local también; por otra parte, está la entrega de pagas extraordinarias o de la cesta de Navidad de los empresarios a sus trabajadores y en España se extendió la costumbre de los Reyes Magos para entregar a los niños juguetes por parte de sus padrinos y padres.

La solicitud de aguinaldo por parte de los trabajadores se conservó en la ciudad de León hasta bien entrados los años 60, y lo hacían entregando en las casas una pequeña postal de felicitación con una imagen que hacia referencia a su profesión, similar a estas, que tomamos de la Biblioteca Nacional:

La diferencia entre el aguinaldo, que se conserva hasta nuestros días, y el regalo de Reyes, es que aquél se da a cambio de un deseo de buenos augurios para el año que comienza, por ello, se entregaban ya desde año nuevo, aunque en ocasiones se adelantó incluso a la Noche Buena.

En el municipio de Sariegos se conservan en la memoria de algunos mayores el peculiar aguinaldo que pedían los mozos de casa en casa, unido a otra tradición que se extendió más en el solsticio de primavera que consistía en enramar las casas de las novias o las chicas que les gustaban, que en ocasiones no tenían conocimiento de estos sentimientos por parte del chico. En esta ocasión se enraman todas las casas donde se va a pedir el aguinaldo aunque, los informantes nos cuentan que se hacía con más esmero en las casas donde habitaban las chicas.

ENRAMADOS Y SOLICITUD DE AGUINALDO POR LOS MOZOS DE POBLADURA DEL BERNESGA EN AÑO NUEVO

Nos lo transmite Patricio García Álvarez, que nació en 1936.

«En Pobladura, al igual que en otros pueblos de la zona se llevaba a cabo la tradición de poner “los ramos” el día de Nochevieja. Esta tarea sólo la realizábamos los mozos.

«Así que el día de San Silvestre después de cenar se iba al baile y cuando se terminaba, sobre las 23:00- 23:30, se acompañaba a las novias, quien las tuviera y a continuación entre risas y cachondeo íbamos a los pinares que quedaban cerca del pueblo.

«Como no había ni por asomo sistema de alumbrado alguno llevábamos una linterna para no caernos. Se procuraba cortar la rama que menos daño hiciera a la guía principal del árbol; y una vez cortados a continuación se procedía a ponerlos.

«El primer ramo se colocaba en la Iglesia y si había párroco en el pueblo, el siguiente era para su casa. Una vez hecho esto ya se empezaba a repartir por todas las casas. Era una tarea ardua ya que teníamos que ir cargados con los fejes de pinos y escalera porque si la casa era de planta baja se ponía en el tejado delante de la puerta, y si era de planta alta se le ponía en un balcón o ventanal.

«A la vez que se colocaban se cantaba una canción que era típica de estas fechas y que todavía muchos del pueblo nos acordamos de algunas de sus estrofas.

«Ante todo este ritual la gente de Pobladura no salía de sus casas. Era al día siguiente en Año Nuevo cuando otra vez los mozos íbamos a pedir. Lo que nos solían dar era: chorizo, huevos, algo de matanza, dinero… con todo esto y algo más que se compraba con el dinero sacado se hacía una comida en la casa de alguno del pueblo que tuviera sitio para tantos mozos.

«En el pueblo de Sariegos también se ponían los ramos el día de Nochevieja. Iban al monte los cortaban y los bajaban en un carro. Esa noche los ponían en todas las casas y cuando acababan tomaban unas sopas de ajo o chocolate. Al día siguiente pasaban por las casa para recoger el aguinaldo que se trataba de dinero (ya en épocas recientes) y al final del día los mozos se reunían y con el dinero recogido se organizaba la fiesta de San Juliano del día 7 de enero

EL AGUINALDO DE LOS MOZOS DE CARBAJAL DE LA LEGUA EL DÍA DE REYES MAGOS

Herminio Blanco, natural de Carbajal de la Legua, nos informa de esta bonita tradición en Carbajal hasta los años 50:

«Los jóvenes del pueblo pedían a los vecinos el aguinaldo el día de Reyes por la mañana. Para ello, habían colocado previamente ramos verdes, de pino, en las casas del pueblo .

«Se iba de casa en casa cantando una canción que, como la de Noche Buena, . Se esperaba la entrega de cualquier obsequio. que sería en forma de dinero o de comida (fruta, huevos, embutido casero,..)

«Terminada la ronda, se nombraba un cocinero mayor y dos ayudantes entre los miembros del grupo que se encargarían de preparar una cena para el sábado siguiente. Al término de la cena se emparejaban chicos y chicas, mayores de 18 años, solteros y sin límite que serían compañeros durante el domingo siguiente, lo que les comprometía a bailar con la chica, invitarla en la «tasca» o, incluso, llevarla al cine.

En estas actividades se iban integrando los adolescentes al llegar a la edad de 12 años así, progresivamente iban dejando los juegos de niño e iniciaba la entrada a mozo, significando ello el poder participar en actividades ya consideradas de mayores que hasta entonces tenía vetadas.

De origen muy antiguo y de épocas precristianas, esta tradición está relacionada con los ritos solsticiales del invierno para atraer hacia el hogar a los espíritus protectores y fertilizantes que viven en la vegetación.

Para saber Más:

Fundación Joaquín Díaz: Aguinaldo en Valverde Enrique, León. Grabación de 1982