Los pendones de la provincia de León son un tipo de banderas que representan a cada pueblo desde la Edad Media. En aquellos entonces, el Reino de León tenía gran peso en la península Ibérica y, como recuerda Alejandro Valderas, había muchas batallas y contiendas continuamente, tanto por la Reconquista como en algunos momentos, contra reinados limítrofes. No había un ejército nacional, sino que el rey reunía tropas procedentes de los pueblos que gobernaba a las que llamaba «mesnadas»; como estas tropas eran temporales, se hacía necesario distinguirlas, puesto que tampoco existían uniformes y las batallas resultaban muy confusas. Así nacen en la Edad Media los pendones, que solían llevar el color carmesí como símbolo del Reino de León y muchos de ellos un León grabado.
Se trata de una pieza de tela que generalmente es de seda adamascada, la forma de la mayoría es casi rectangular con un corte central que separa dos puntas.
Tenemos referencia a los pendones de León desde el S. X y sabemos que los utilizaron reyes como Alfonso VI, Alfonso VII, Fernando II o Alfonso IX.
Alejandro Valderas señala que en el siglo XVI, los concejos de «Bernesga de Arriba» y «Bernesga de Abajo», cuando había sequía, llevaban en procesión la imagen de la Virgen titular del monasterio de «Santa María de Carvajal» de la Legua a la Abadía de San Isidoro de León y, con los concejos organizadores, iban sus pendones.
Acto homenaje a las mujeres de Sariegos
Con motivo de la celebración del día de la mujer, el domingo 13 de marzo se celebró un homenaje a todas la mujeres que confeccionaron el pendón de Sariegos conforme a la investigación y trabajo previo de D. Alfredo Álvarez Álvarez, quien pronunció unas palabras, cuyo resumen es el siguiente:
A partir del año 2000 hubo un interés verdaderamente enorme por parte de prácticamente todos los pueblos de la provincia de León por recuperar un símbolo máximo como es el pendón. Hubo distintas formas de recuperar ese pendón, cada pueblo decidió la suya, y en aquel momento las monjas benedictinas, a quien nosotros llamamos Carbajalas, porque tienen que ver con nuestro pueblo Carbajal, donde estuvo su monasterio durante varios siglos, pues fueron las que dieron un paso al frente y se pusieron a confeccionar los pendones de cada pueblo.
La idea que yo tenía del pendón era la que me había transmitido mi abuela . Es la que realmente me contó cómo era el pendón: cuándo se sacaba, como era, esa es la vinculación que yo tenía y cuando me planteé que seguramente sería bueno para el pueblo de Sariegos que nosotros tuviésemos también ese pendón, se lo comenté al presidente de la Junta Vecinal, que aceptó, y a partir de ahí iniciamos un camino.
La primera cuestión que a mí se me planteó era muy sencilla ¿Por qué no podíamos nosotros, el pueblo, con nuestras fuerzas, con nuestras personas, con nuestras colaboraciones, hacer el pendón en lugar de encargarlo fuera? Y, una vez que tuve esa aprobación por parte de la Junta Vecinal, lo comenté a las mujeres que son la fuerza por excelencia del pueblo de Sariegos. En ningún momento se puso ninguna pega, hablamos, explicamos lo que queríamos hacer y pensamos que por la cualificación de las mujeres de Sariegos, por la forma de su trabajo y por lo conocimientos de cada una, pensamos que íbamos a hacer, sin duda, un pendón de máxima calidad. Todo el mundo aceptó y nos pusimos en marcha.
Aproveché mi vida en Madrid para visitar una tienda que está en la Calle Velázquez; para quien no conozca Madrid decir que esta calle está en el Barrio de Salamanca, es una calle elegante; ¿Por qué digo esto? Porque los de Sariegos, «cuando nos ponemos, nos ponemos» y nuestro pendón, como otros pendones habría que atribuirle una vida por lo menos de 100 años, y al ser un símbolo tan potente, no me pareció que utilizar materiales de segunda calidad fuera algo positivo, por eso acudí a este lugar. Seguramente muchos de vosotros sabréis que este proveedor es el que suministra sedas al Vaticano, por eso me pareció que era un estándar suficientemente bueno para el pueblo de Sariegos, que se lo merece todo. A partir de ahí, se compraron las telas, yo hice un estudio de cómo sería el pendón de Sariegos, de qué dimensiones debió de tener, qué medidas de acuerdo con la vara que todos conocíamos porque la habíamos visto aquí en el portal de la iglesia toda la vida y a partir de ahí se empezó a coser. Es interesante traer una cuestión importante: Sariegos ese un pueblo de realengo; hay dos tipos de pueblos, de realengo o de señorío, de realengo quiere decir que el pueblo, desde la Edad Media, tributa directamente al rey, eso quiere decir que aquí cada uno tenía su tierra; en otros pueblos esto no pasaba, pero aquí sí, en Sariegos y eso es importante porque igual pasaba con el pendón, el pendón es propiedad del pueblo.
El pendón ¿qué representa? El pendón es un símbolo que en el caso de León es muy antiguo que todo el mundo conoce, y uno de los calores que pudimos aportar fue hacerlo aquí.
Como sabéis nuestro pendón tiene unos calados, unas medidas, unas características que permiten que nuestros pendoneros lo puedan manejar en unas condiciones aceptables. La tela pesa del orden de unos 3 o 4 k, cuando esa tela está volando el peso, la fuerza, se incrementa hasta unos 70 u 80 k, por ello, esos calados, que ya pensaron nuestros antepasados, están puestos para que el viento pueda filtrarse y evitar que haga más fuerza, aunque aún así ésta es considerable.
Veintiuna mujeres confeccionaron el pendón, y otras que participaron en cuestiones menos visibles son la fuerza motora del pueblo de Sariegos, desde siempre.
Participación de los pendones del municipio en los actos locales y provinciales
En la actualidad, los pendones leoneses sólo salen con motivo de procesiones religiosas o de manifestacicones folclóricas, como en San Froilán, donde suelen llevarse los pendones de los pueblos del municipio.
En el siguiente carrusel de imágenes podemos traer a la memoria algunos de los momentos en los que nuestros pendones representaron a nuestros pueblos en las fiestas locales, en an Froilán o en la recuperación del Camino de San Salvador con la participación de los pueblos del camino a su paso por nuestra provincia:
DOCUMENTACIÓN
VALDERAS ALONSO, ALEJANDRO (1991): Los Pendones Leoneses. Pasado y presente. León. Caja España ISBN: 84-86013-74-7
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