El patrimonio identifica nuestras aspiraciones, inquietudes y valores, y queremos descubrirlo y salvaguardarlo para que las generaciones futuras puedan entender mejor el significado de nuestras raíces
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El nombre de Bartolomé de Aller es necesario incorporarlo al inventario de hombres ilustres de Sariegos porque ha sido uno de los personajes que más ha influido, y para bien, en la historia del pueblo.
Realmente, y por desgracia, sabemos muy poco de su vida personal, las referencias que de él tenemos son a través de su obra, que no es otra que la creación del Pósito en el año de 1703. Sabemos que fue bautizado el día 21 de febrero de 1651 por el párroco Facundo Antonio Flórez y que sus padres se llamaban Bartolomé Aller y María García.
Bartolomé de Aller era Abogado de los Reales Consejos, además de párroco de la localidad de Velilla de la Reina. La profesión de abogado fue, sin duda, lo que le permitió plantear y llevar a cabo la creación del citado Pósito, es decir, lo que tradicionalmente en Sariegos se llamó La Panera.
Esta Panera constituyó una garantía de estabilidad económica para todos los habitantes durante más de un siglo.
Sabemos también que amó de forma especial al pueblo de Sariegos, pueblo al que sin duda se sintió siempre muy vinculado, como lo muestran unas palabras suyas redactadas en la escritura de la constitución del Pósito en las que se muestra deudor con el pueblo de Sariegos donde dice que “no naciendo el hombre sólo para sí, sino también para la república, y en especial para aquella donde nació”. Hermosas palabras que suscribimos en su totalidad casi trescientos años más tarde de haber sido escritas.
Según el Diccionario de Autoridades del año 1737 la definición de pósito es: ”casa en que se guarda la cantidad de trigo que en las ciudades, villas y lugares se tienen de repuesto y prevención para usar en tiempo de necesidad y carestía”. El padre Escalona de Arrieta en 1796, añadía la definición que su “actividad es el socorro de los labradores “(ESCALONA DE ARRIETA).- (Práctica del Consejo Real… Tomo I, Madrid 1796, p. 206)
El origen del pósito se encuentra en el derecho romano, como donativo de los emperadores para solucionar las calamidades de los ciudadanos. En España tuvo sus inicios con los Reyes Católicos y su máximo desarrollo en los siglos XVIII y XIX.
DOCUMENTACIÓN:
ÁLVAREZ ÁLVAREZ, ALFREDO (1994): El pueblo de Sariegos, pasado y presente. León Texto completo.
La Panadería Tradicional de Sariegos cierra tras tres generacionesde dedicación en la localidad
El 29 de julio de 2023 cerró las puertas la panadería de Sariegos tras tres generaciones de panaderos, haciendo el pan que llegó a todas las casas de la localidad.
El pueblo de Sariegos recordará por muchas generaciones más el pan de sus panadería de levadura de hurmiento y cocción de leña. La última generación, Ana y Aquilino, nos han peparado el pan que ha alimentado a todo el pueblo de Sariegos en los últimos años y hemos podido también distribuir de sus dulces en las ferias que en la localidad se han organizado.
Dejamos aquí el texto que en 2014 redactó Rocío Vargas Aller para la revista de la asociación Tierra Negra:
La historia de esta familia de panaderos surge en torno a 1927, cuando Jacinto y María se casan y construyen la panadería y la casa en la que vivían.
Hay que puntualizar que la panadería que ellos construyeron no es la que conocemos hoy. El lugar donde estaba antes el horno es donde actualmente guardan la leña.
En aquellos tiempos sus vidas giraban en torno a la elaboración del pan y al cuidado de sus cuatro hijos.
El horno antiguo se encendía con urces colocadas directamente sobre el lugar donde se colocaba luego el pan. Tanto Jacinto como María madrugaban para hacer la masa, un trabajo duro, ya que se amasaba de forma manual, lo que requería mucho tiempo y esfuerzo. Luego había que dejar que la masa creciese para poder meterlo al horno. Tras horas de duro trabajo, el pan estaba listo; entonces María cogía su carro de caballos y se iba a repartir por Sariegos, Azadinos y Pobladura.
Con el paso de los años los hijos de Jacinto y María crecen, se casan y tienen hijos; todos menos Pepe, quien se encargara de la panadería a partir de 1959 aproximadamente.
Con Pepe se producen cambios significativos, ya que se construye un horno nuevo, que es el que hoy conocemos.
El horno tiene forma de cúpula, con 3 metros de diámetro y unos 80 centímetros de altura. Es un horno de leña, pero la leña ya no se coloca en el lugar donde va el pan, sino que la leña se coloca en un lado. Y gracias a un complejo sistema de tiros con puertas y palancas se regula el fuego para que el horno tenga la temperatura óptima para que el pan salga bien.
Las piezas del horno se traen de Barcelona y en la construcción participan Laurentino y Tori.
Se busca barro en las barreras y otros lugares del pueblo buscando el que sea más adecuado para que el horno mantenga el calor y dure más. Aquilio era un niño pero aún recuerda como pasaron esos días en los que se construyó el horno.
Pepe contó con la ayuda de sus padres, y más tarde con la ayuda de Aquilio, pero no fue el único, ya que Marigel, Berti, Mari Nieves o Gonzalo también trabajaron en ella.
Ha sido siempre una panadería familiar en la que todos ayudaban cuando hacía falta.
Además del horno, también se hace el armario para fermentar que lo hizo Manolo “el de Vina” como decimos aquí. Un gran adelanto fue la compra de la amasadora, ya que reducía considerablemente tiempo y el esfuerzo a la hora de hacer la masa. ¡Lo que hace la tecnología! debió de pensar Pepe.
Aquilio desde siempre estuvo en la panadería, como sus hermanos, tíos y primos, pero será él quien termine por quedare con el negocio de sus abuelos. Primero estuvo ayudando a Pepe, luego trabajó en la carnicería de su hermano; también estuvo un tiempo cuidando ovejas, pero será en 1981 cuando coge el negocio de forma definitiva.
Nos confiesa que al principio no le gustaba mucho pero poco a poco fue haciéndose a ello y le gustó más. Hoy nos cuenta que está orgulloso de ser panadero porque dice que todo lo que sabe lo aprendió él solo, sin estudios, viendo a su tío trabajando y con la propia experiencia al trabajar a diario con el.
Nos dice que es un trabajo muy sacrificado. Aunque no lo considera un trabajo duro porque cuando él coge la panadería compra la maquinaria suficiente para preparar la masa y el pan sin demasiado esfuerzo. Eso si, como el horno es tradicional, requiere bastante trabajo el cortar y preparar la leña para encenderlo a diario.
Es un trabajo sacrificado porque para ellos no existen fiestas ni fines de semana. La vida de un panadero es constante y sólo descansan el día de Navidad y el de Reyes “y si hay que hacer pan ese día, pues se hace” nos dice Aquilio.
Ana y Aquilio se casan en 1987, y en 1989 Ana se incorpora a trabajar en la panadería. Desde entonces y hasta hoy son ellos dos los que se encargan en exclusiva de hacer y repartir el pan.
Hablamos de cómo cambian los tiempos y de cómo hay que adaptarse a ellos y nos cuentan como hasta hace unos años lo que la gente demandaba eran las hogazas y apenas se vendían barras. Actualmente las cosas han cambiado: la gente quiere barras y las hogazas han quedado relegadas a un segundo plano. Además, ahora la gente prefiere el pan poco hecho (sobre todo la gente que se ha venido a vivir a Sariegos en los últimos años, mientras que a los lugareños nos gusta el pan bien cocido). Por suerte, “para gustos hay colores” y ellos se encargan de hacer el pan a gusto de todos, por eso han incorporado las baguettes, los bollos pequeños y las tortas (¡Riquísimas!). Y es que para que funcione el negocio hay que ir con los tiempos y amoldarse a las nuevas demandas de los vecinos.
Lo que casi se ha perdido es la tradición de hacer el bizcocho para el día de la fiesta del pueblo. Tanto Jacinto como Pepe o Aquilio vieron como las mujeres del pueblo unos días antes de la fiesta echaban el día en el patio de la panadería batiendo huevos en un caldero para que el bizcocho quedara esponjoso. ¡Qué tiempos aquellos! Y ¡Qué bizcochos tan buenos!.
Pero aún hoy queda alguna vecina que se atreve a llevar el caldero y los huevos para batir el bizcocho para que Ana y Aquilio se lo horneen.
Aquilino en el patio de la panadería, donde antiguamente se reunían las mujeres para preparar la masa de los bizcochos el día de la fiesta del pueblo.
Cuando les pregunto cómo hacen el pan me dicen que lo mejor es verlo y por eso me doy el madrugón para ver de primera mano cómo es el proceso desde que la harina sale del saco hasta que el pan está en la furgoneta listo para ser repartido.
Los años de trabajo y convivencia juntos se hacen notar, y veo como están compenetrados a la hora de trabajar. Ahí están los dos mano a mano trabajando haciendo la masa, preparando el horno, encendiendo y horneando el pan.
Aquilino da forma con maestría a las porciones de masa que van a generar cada hogaza de pan.
Ana comprueba en la romana que cada bola de masa de el peso exacto en la hogaza que se pondrá a la venta.
Los días que hacen mucho pan, Aquilio nos cuenta como coloca las hogazas levantadas y apoyadas sobre las paredes del horno…algo digno de ver; y de hecho, nos cuenta que en ocasiones ha venido un hombre de Benavente para ver como coloca con maestría las hogazas sobre las paredes.
Es un placer sentir el calorcito que desprende el horno y el aroma a pan recién hecho que lo envuelve todo.
Les pregunto a Ana y Aquilio qué es lo más antiguo que se conserva en la panadería y me dicen que es la masera, que está allí desde que se abrió la panadería en los años 20.
Masera donde se ha guardado el pan , siendo la pieza más antigua conservada en la panadería, con la balanza «romana».
Hablando de antaño, me cuentan que antes cuando alguien quería pan, llevaba a la panadería un saco de harina y el panadero hacia hogazas; parte de la harina se la quedaba el panadero como pago, así como una pequeña cantidad de dinero, de esta forma, el panadero de proveía de harina para elaborar el pan que luego vendía a los vecinos del pueblo.
Pero no era Jacinto el único que tenía horno, ya que vecinos como la Tía Magdalena (la madre de Gabriela), la Tía María (la madre de Baudilio y Eliseo), Laureana, Soledad, Isidoro o Cayetana también tenían, aunque de menor tamaño. Seguro que en alguna casa más se conserva algún horno.
Por lo que me cuentan, veo que la elaboración del pan no es tan fácil como parece, ya que hay que tener en cuenta factores como la temperatura, la humedad, etc., ya que la masa reacciona de forma distinta en un día caluroso que en un día de lluvia; y sólo con la pericia y los años de experiencia ellos hacen que podamos disfrutar de un pan bueno y sano.
Después de una mañana llena de trabajo y charla, sólo me resta decir que ha sido una experiencia muy gratificante ver como elaboran el pan y espero haber podido haceros participes también a vosotros de esta experiencia.
Les agradezco haber accedido a hacer esta entrevista porque he aprendido muchas cosas y he disfrutado durante unas horas de su compañía.
Aquilio y Ana: ¡Gracias por hacernos un pan tan rico!.
Rocío Vargas Aller, autora del artículo en la revista nº 4 «La Tierra Negra» de la Asociación que lleva el mismo nombre, en diciembre de 2014.
La panadería con la furgoneta de reparto el día de su cierre.
Por San Blas la cigüeña verás, y si no la vieres,año de nieves. A todos los leoneses nos gusta comenzar el mes de febrero recordando este refrán, miramos a los campanarios y a los postes más altos y nos damos cuenta de que las cigüeñas ya llevan un tiempo entre nosotros, y es que el tiempo las tiene muy confundidas, pero, además de los cambios en la temperatura, las cigüeñas encuentran mucho alimento en nuestros vertederos y también en nuestros ríos y por eso pemanecen con nosotros más tiempo.
La cigüeña es un ave que miramos con cariño, tal vez por su gran tamaño es fácil de reconocer cuando paseamos por los campos, pero también por ese aviso que nos trae de la primavera, de que ya los malos tiempos del frío están acabando y, si todavía no la vemos es por buen agüero, porque va a nevar y, también recordamos el otro refrán de «si no la vieres, año de nieves y año de nieves, año de bienes«, aunque ya pocos labradores van quedando en esta tierra que precisen estar alerta de la bondad de la nieve.
Una cigüeña toma tierra en los prados de Pobladura del Bernesga para buscar su alimento a finales del mes de enero, dispuesta a anidar y criar sus cigoñinos en la zona.
Algunas curiosidades sobre nuestras cigüeñas.
Las cigüeñas, estas cigüeñas blancas que los científicos llaman Circonia circonia, ocupan grandes superficies en los prados del municipio de Sariegos. Suelen llegar a zonas ribereñas, húmedas y ricas en pequeños animales que les alimentarán durante todo el ciclo reproductivo en que estarán entre nosotros, por ello podemos verlas en grandes extensiones de prados a la orilla del Bernesga, especialmente en la zona de Pobladura.
Colonia de cigüeñas en los prados de Pobladura del Bernesga
Las parejas de cigüeñas regresan cada año a su nido que reconstruyen colocando palos que consiguen por los alrededores. Los nidos son muy grandes, pueden llegar a tener 2 metros de diámetro y suelen pesar unos 200 kg, aunque pueden llegar a pesar más de una tonelada.
Nido en la torre de la iglesia de Sariegos.
Suelen poner cuatro huevos, pero en ocasiones han llegado hasta 6 ó 7. Sus huevos son de color blanco y son bastante mayores que los de las gallinas o las ocas. Necesitan 33 días de incubación constante para eclosionar. Los dos padres participan de la incubación, turnándose para que los huevos no se enfríen. Las cigüeñas no tienen diferenciación por sexo. Los cigoñinos al nacer, como la mayoría de las aves, tienen un diente en el pico para poder romper la cáscara del huevo.
Nos dicen los biólogos que las cigüeñas pertenecen al orden Ciconiformes, familia Ciconidae; y es que a los humanos nos gusta clasificarlo todo para entenderlo mejor.
Nidos de cigüeñas en ls torres de las iglesias de Azadinos, Carbajal de la Legua y Sariegos.
Estas cigüeñas son grandes aves, con una longitud que puede llegar a los 110 cm y una envergadura de hasta 218 cm.
Su plumaje es llamativamente blanco y con las plumas negras del vuelo, ofreciendo así un gran contraste; su gran pico anaranjado o incluso rojo, con el que penetran en las zonas encharcadas para conseguir su alimento a base de gusanos, lombrices y hasta culebras y con sus patas largas que estiran al volar o encojen para estar «a la pata coja» cuando descansan. Los cigoñinos tienen los picos negros.
Cigüeña buscando comida en los prados de Pobladura del Bernesga
Su canto nos llama la atención, producido por el martilleo de sus mandíbulas, es conocido como crotoreo. y es un saludo hacia su pareja.
Ciclo reproductivo de la cigüeña
Como hemos visto, la cigüeña llega a nuestro municipio a mediados de invierno, al inicio de febrero, cuando ya los días son más largos y esperamos la llegada de la primavera. Preparan sus nidos que hacen nuevos si no los tienen o acondicionan el anterior, pues cada pareja suele volver a su lugar de origen.
Pareja de cigüeñas en su nido, sobre un poste de luz.
Suele poner los huevos a finales de marzo, entre dos y seis huevos será lo normal. No los pone todos a la vez, suele poner uno cada dos días. El macho y la hembra se turnan para cuidarlo, lo usual es que sea el macho el que quede por la noche. Si la pareja se encuentra en el nido, crotorean.
La incubación dura 33-34 días, los pollos van naciendo uno cada dos días, y podemos apreciar una diferencia de tamaño entre ellos cuando les observamos. Nacen cubiertos de plumón blanco sucio y se mantienen en el nido 60 días. Durante los primeros días son alimentados con una especie de papilla que los padres regurgitan y al crecer tomaran presas enteras. Aunque empiezan a volar a los 60 días, los vínculos con sus padres durará varias semanas.
Cigüeña alimentando a su cría. F: Cortesía de una vecina de Carbajal de la Legua
Experiencias con cigüeñas en el municipio.
PROYECTO «LAS CIGÜEÑAS» DEL COLEGIO DE SARIEGOS (CRA MAESTRO EMILIO ALONSO)
El colegio de Sariegos, que pertenece al CRA Maestro Emilio Alonso, realizó una preciosa experiencia con los menores del centro para trabajar sobre las cigüeñas que volaban a su alrededor en primavera. Esta experiencia la plasmaron en un vídeo que podemos encontrar en Internet en este ENLACE y del que hemos extraído unas pequeñas fotografías:
Fotografías tomadas del proyecto «La Cigüeña» en Sariegos, centro del CRA MAestro Emilio Alonso
PROYECTO FUNDACIÓN TIERRA IBÉRICA
La Fundación Tierra Ibérica, con sede en Azadinos, realizó hace algunos años una preciosa guía de las aves en el municipio de Sariegos. De ella, extraemos esta foto sobre las cigüeñas:
Página dedicada a las cigüeñas en el Proyecto Fundación Tierra Ibérica.
Podemos encontrar informacicón sobre este documento y todas las aves que en él recogen del municipio de Sariegos en este ENLACE.
Los nidos de cigüeña cuidarás
Con este titular el grupo SEO BIrd Life nos recuerda que las cigüeñas están protegidas y debemos atender el cuidado de sus nidos, aunque no por ello son intocables; los lugares donde los colocan pueden ocasionar graves problemas y su gran tamaño y peso pueden causar graves perjuicios si se caen; es por ello, que los nidos se pueden manipular en invierno, siempre después de haber informado y obtenido los correspondientes permisos administrativos tras haber argumentado los motivos que nos llevan a estas manipulaciones. Una vez que la cigüeña llega a nuestras tierras, debemos respetar al máximo su ciclo reproductivo y permitir que sobreviva y nos enriquezca por su hermosa visión y por los cuidados de la naturaleza que ella mantiene.
Como nos señala SEO Bird Life tal vez debamos aprender el nuevo refrán: Por San Blas la cigüeña verás y sus nidos cuidarás»
Las cigüeñas, en nuestro muncipio, buscan diferentes lugares para anidar, las torres de las iglesias, los árboles o los postes de luz. Podemos encontrarlas en numerosos lugares, ya están aquí y pronto observaremos sus cigoñinos sobrevolando nuestros pueblos.
León es tierra de molinos, llegando a ser la provincia con más molinos hidráulicos, en el Catastro del Marqués de la Ensenada se llegan a citar hasta 4.497, la mayoría harineros, aunque también los hubo de linaza. En nuestro municipio contamos con seis molinos hidráulicos que aprovechaban el agua de la Presa del Bernesga para moler el grano, para hacer funciones de serrería e incluso producir electricidad.
Son edificios grandes que sirven de testimonio de una época que representa una parte de nuestra economía municipal y que sirvieron como centro de la vida social de los habitantes de entonces, formando parte del patrimonio cultural y etnográfico de la zona. Los molinos tenían una gran importancia pues sin ellos la producción de cereal en la provincia no tenía sentido, constituían el sector industrial más importante de nuestra provincia, no obstante, con la industrialización, perdimos prácticamente toda referencia a ellos salvo las aquí citadas.
Algunos de ellos están abandonados, rehabilitados o habilitados con un denominador común, ser víctimas del progreso y del desarrollo del mundo moderno. En torno a los años 60 y 70 comenzó el declive de este tipo de molinos, coincidiendo con la implantación de las grandes empresas harineras que hicieron que no fueran productivos, ni competitivos, ni rentables. A todo ello se suma que los habitantes de los pueblos del alfoz comenzaron a trabajar no tanto en la agricultura y ganadería como en el sector servicios, de ahí que las tierras se trabajaran menos porque requerían mucho esfuerzo y dedicación, no teniendo buenas contraprestaciones económicas, cosa que la construcción y otros sectores les proporcionaban.
Como curiosidad cabe apuntar que la siembra del centeno se solía dar en los pueblos de Azadinos, Pobladura del Bernesga y Sariegos. En cambio el trigo se sembraba en Carbajal de la Legua. El tipo de arcilla de caliza era el factor que determinaba la siembra del cereal según la zona.
Vamos a conocer los molinos que están y han estado en el municipio de Sariegos.
Fotografía del libro coordinado por Alfredo Álvarez Álvarez «Mira Sariegos».
MOLINO DEL PISÓN o «MOLINO DE MARCELIANO»
No se sabe muy bien el origen del molino del Pisón, se tiene referencias en el Catastro del Marqués de la Ensenada (1749), cuando se habló de Pobladura del Bernesga se cita que “hay un molino maquilero, de dos ruedas, que llaman el de Arriba y muele centeno». Es propiedad de los herederos de D. Pedro Rodríguez Valcarce, vecino que fue de León y lo administraba Ambrosio Rodríguez, vecino de aquella ciudad. Los Diccionarios de Miñano (1826-1829) y de Madoz (1845-1850) no aluden a molinos.
En un Boletín de la Provincia de León de 1956 encontramos una pequeña descripción: consta de un edificio de 36 metros lineales de fachada por nueve de fondo y se encuentra sobre una finca de una hectárea aproximadamente.
El molino del Pisón, en su última época, ha sido conocido con el nombre de la persona que era propietaria, así que toda la gente del municipio lo recuerda con cariño con el nombre del “Molino de Marceliano”. Según testimonio de su familia directa este molino lo compró la familia y como eran muchos hermanos (11 hermanos varones) el resto adquirió otros molinos y Marceliano se quedó con éste.
Fueron años de mucho trabajo, allí se molía el cereal de la zona, sobre todo centeno y trigo. Marceliano iba con un carro y un caballo por los pueblos para recoger los sacos de cereal, los llevaba a moler y los devolvía a los dueños. En su última etapa se molía para las fábricas de pienso de León pero el avance de las fábricas hizo que estos molinos no fueran rentables. El cariño y la entrega del molinero hacía su trabajo y propiedad hacía que el señor Marceliano día tras día fuera a visitar su molino, una imagen que muchos vecinos pudieron comprobar ya que era muy habitual verle subido en su bicicleta.
Hoy el Molino del Pisón es una edificio que llama la atención por su envergadura y porque todavía guarda el encanto de una época. Situado en un enclave apartado, hace que muchas personas pasen a verlo desde la vieja carretera que se comunica con la localidad de Carbajal de la Legua.
MOLINO DEL COTO O «MOLINO DE LA PONTONA»
Molino situado en la localidad de Sariegos.
Así está registrado en el Inventario Arqueológico de Castilla y León pero todo el mundo lo conoce como el Molino de La Pontona, debido al paraje donde se encuentra.
Al igual que todos los molinos del municipio era maquilero. Este concepto se debe a que se cobraba “la maquila” (1) ya que no había dinero con que pagar y correspondería a la porción de grano o harina que corresponde al molinero por la molienda.
Varios han sido los propietarios de este molino desde hace muchos años, se sabe que hubo un señor que lo trabajó llamado Pepe y que posteriormente Emilio Farrajón, que descendía de Vivero de Omaña, se trasladó con su madre cerca de la capital y arrendaron un molino en Villabalter y posteriormente se interesaron por el molino de La Pontona y lo compraron.
Este molino sirvió para moler pienso, harina y servía para producir luz para el barrio de La Pontona.
En el año 1994 se compró y se habilitó como vivienda lo que ha permitido que siga conservando su encanto siendo un elemento arquitectónico ligado a la historia de nuestros pueblos.
MOLINO LAGAÑOSO
Este es un molino que muy poca gente conoce. A pesar de estar en la zona de la presa del Bernesga, no se encuentra cerca de la carretera. En la actualidad el acceso a él es complicado porque los caminos de servidumbre están llenos de maleza. Se encuentra entre la pasarela de Sariegos y la zona llamada Los Barriales de Azadinos. En la actualidad pertenece a la familia Sierra Álvarez.
Al igual que el resto se dedicaba a moler cereal y con el paso del tiempo acabó siendo una carpintería. Cuentan los vecinos de la zona que en los años 50 ya no funcionaba y que estaba cerrado y que era muy común ver a los pequeños que iban a cuidar las vacas a La Vega de Sariegos, ir hasta allí y juntarse la gente de Pobladura y Sariegos para jugar era muy común e hizo que muchas generaciones compartieran momentos de diversión en torno a este molino.
MOLINO Y SIERRA DEL PRADÓN
Al igual que el resto no se sabe con exactitud cuál fue su origen, pero sí que se destinó como molino y luego como serrería. En El Catastro del Marqués de la Ensenada se refiere a un molino maquilero, de dos ruedas, que llaman el de Arriba y muele centeno y pertenece al convento de San Marcos, fue desamortizado (1799-1808) y pasó a manos privadas. En el siglo XVIII ya se conocía de su existencia por documentos donde se menciona la existencia de su torre
Este molino se encuentra en frente del Pradón de los Monjes, en la localidad de Azadinos, en la carretera de Caboalles .Dada la proximidad al río Bernesga y las condiciones naturales para el desarrollo de grandes plantaciones de chopos, se favoreció que existiera en la zona la implantación de una sierra. El último propietario fue Aquilio García.
Era un edificio grande, en la parte superior de la serrería las instalaciones estaban adaptadas para que fuera vivienda de una familia que a su vez ayudaría al funcionamiento y trabajo de la serrería. Debido a la competencia de la industria de la madera los dueños cerraron esta serrería y buscaron otra ubicación en el municipio de San Andrés del Rabanedo.
En la actualidad el edificio se ha rehabilitado y adaptado para la celebración de eventos.
MOLINO CABO DE LA PRESA
Se trata de una instalación que se encuentra situada a lo largo del cauce de la Presa del Bernesga, que trabajaba todo el año, no era estacional y cobraba maquila.
Tampoco se sabe cuándo se construyó, pero en El Catastro del Marqués de la Ensenada ya queda reflejada su existencia y añadiendo que pertenece a José Ibáñez, que era vecino de León y que dicho molino muele con tres ruedas.
Según testimonio de su propietaria,
«El molino fue comprado por su abuelo el 18 de septiembre de 1945 y se lo compró a la viuda de Norberto Arévalo López, y las hijas de éste; Rosa y Carmen. Concretamente lo identifican en la escritura como molino harinero al sitio del Cabo de la presa, Coto y Pontico. Estos señores lo habían comprado en el año 1902. Lo más peculiar es que en la propia escritura se describe el salto de agua que posee el molino y que sigue en vigor a esta fecha, y que la mayor parte de los edificios que componían el molino (porque había otros dos destinados a almacenes) fueron consumidos por un incendio. Lo compró mi abuelo (José Llanos Suárez) en la cantidad de 20.000 pts.»
En la actualidad, es un molino que se ha rehabilitado para vivienda y sigue conservando la belleza que en su día le hizo único.
Escritura del último cambio de propiedad del Molino Cabo de la Presa
MOLINO DE LOS MORATIELES
Poco se ha llegado a saber de dicho molino, se sabe que está en un paraje llamado “La Becillana” que pertenece al pueblo de Azadinos.
El Catastro del Marqués de la Ensenada alude a él como el de “Abajo” y que sus propietarios eran Constancia García y Juan Llanos, que eran vecinos de Azadinos. Este molino molía con dos ruedas. Al igual que otros molinos, éste en su última época adquirió el nombre de sus propietarios «Los Moratieles«. Cuentan los vecinos de la zona, que a mediados de los años 30 ya no existía y que era un molino que molía harina y que en las proximidades había una casa grande donde vivían unos caseros que cuidaban del molino y de la finca.
En la actualidad, no existe como edificio, desapareció y solamente se puede ver la existencia del mismo coincidiendo que la Presa del Bernesga no lleve agua y pueda divisarse en la acequia resto de alguna piedra que formaba parte de su funcionamiento.
Molinos de rodezno
La mayoría de los molinos hidráulicos de León eran de rodezno.
El rodezno es una rueda horizontal dentada situada sobre el cauce del río que se mueve por el empuje del agua de forma natural. Eleva este movimiento a las ruedas del molino sin necesidad de engranajes n i transmisión alguna, el eje que une el rodezno con la piedra volandera es el que la impulsa. Este modelo es diferente a los de rueda vertical que apenas se conocían en el Norte de la península.
Modelo de rodezno, rueda horizontal sobre el cauce del río con el eje que eleva el movimiento a la piedra volandera. Molino El Pisón de Pobladura del Bernesga.
(1) La Maquila
La maquila hace referencia a una cantidad variable, es la parte de la molienda que corresponde al molinero; viene del árabe makila o medida y sirve para denominar el sistema de pago en los molinos: el molinero muele el trigo y cobra por su servicio quedándose con una parte de la harina obtenida. En León se tiene referencia a que el cobro era de un celemín por cada quilma de trigo, o saco . Es decir, por cada 80, 85 kg de trigo cobraba unos 6,5 kg de harina
Documentación:
BOP de León de 19 de septiembre de 1956, p 4
PABLO ZAPICO GUTIÉRREZ: Inventario de los molinos de la provincia de León en el catastro de Ensenada y en los diccionarios de Miñano y Madoz. Tesis doctoral. Universidad de Valladolid
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