La Semana Santa comienza el Domingo de Ramos. En la misa que se celebra este día se bendicen los ramos que solían ser de laurel, aunque posteriormente se llevaban también palmas que, una vez bendecidas, podían colocarse en los balcones para protección de la casa, si así se deseaba.
El Vía Crucis
El Jueves Santo por la tarde se celebraba el Vía Crucis o Camino del Calvario, rezando de este modo:
Miserere y Oficios de Tinieblas
En los días centrales se oficiaban los Oficios de Tinieblas desde el siglo V hasta el Concilio Vaticano II, clausurado en 1965; después, continuaron los oficios de Jueves y Viernes Santo con un ritual diferente, hasta nuestros días. El oficio de estos tres días consistía en una especie de servicio funerario, o elegía, que conmemoraba la muerte de Jesucristo.
El Jueves Santo, por la noche, se cantaba el Miserere.
Recordemos que en fechas de Semana Santa toda la vida había de ser reservada y recogida, por lo que el modo de vestir era sobrio y estaban cerrados los lugares de ocio.
Para la celebración de los Oficios la iglesia se mostraba más oscura de lo normal, no tenían luz eléctrica y sólo unas pocas velas iluminaban este escenario, se recreaba un ambiente respetuoso por la muerte de Jesucristo y a la vez sobrecogedor para los fieles.
En prácticamente toda España, se cubrían los altares con telas negras o moradas y se colocaba un altar alternativo, con una decoración muy especial, al que se conocía con el nombre de «Monumento» que se hacía para albergar la reserva del Santísimo. Se tapaban, igualmente, todos los santos en sus hornacinas con telas oscuras.
Como relata D. Alfredo Álvarez en su obra anteriormente citada, este monumento lo «vestían» las mujeres el Miércoles Santo. «Este consistía en una estructura de madera en forma de escenario teatral, que se colocaba delante del altar mayor, y donde el supuesto telón estaba compuesto por sábanas y colchas que aportaban las mujeres de cada familia. En ocasiones, estas sábanas o colchas sólo se utilizaban para este ritual».
«Sobre la estructura de madera se colocaban tres arcos ( en alusión a la Trinidad), hechos con mimbres, y las escaleras del altar, que también estaban cubiertas con sábanas o colchas, se llenaban de flores silvestres, normalmente claveles, margaritas… etc., que se recogían en algunas zonas como Las Barreras. Indudablemente, el aspecto de toda la nave de la Iglesia, con el Monumento al frente y las figuras del altar cubiertas.
En la Semana Santa, Miércoles, Jueves y Viernes Santo, se había prohibido el uso de metales en las iglesias, campanas o campanillas dejaban de sonar en señal de duelo por la muerte de Jesucristo, y la convocatoria de oficios en esos tres días se haría mediante carracas o matracas de madera.
Antiguamente, la iglesia estaba tenuemente iluminada por un conjunto de velas que se colocaban en el Tenebrario. El Tenebrario se colocaba delante del altar y al lado de la Epístola. Era una estructura triangular con quince velas, siete a derecha y siete a izquierda flanqueando a una de mayor tamaño en el centro. Según versiones, las quince velas representan a los once apóstoles (se exceptúa a Judas), las tres Marías y la central podría ser Jesucristo. El triángulo simboliza la Santísima Trinidad.
El oficio consistía en una serie de salmos que, según se iban cantando se iban apagando las luces por riguroso orden: la primera, la más baja del lado del Evangelio; la segunda, la inferior del lado de la Epístola; la tercera, la situada inmediatamente a la primera; la cuarta, la contigua a la segunda…y así, sucesiva y alternativamente, se iban extinguiendo todas las velas del candelero menos la vela central.
Al apagar la última vela, al decir el sacerdote «Qui tecum«, la iglesia entraba en estruendo de matracas, carracas, matracones y demás instrumentos de madera, tocados por los niños, simbólicamente esto representa la convulsión de la naturaleza que siguió a la muerte de Jesucristo.
Oración ante el monumento en Pobladura del Bernesga, años 80:
Procesión del Jueves Santo: El Rosario de la Buena Muerte.
El Jueves Santo, por la noche, en Sariegos, se procesionaba a hombros una imagen de la Virgen mientras se cantaba el rosario de la Buena Muerte. Siguiendo a D. Alfredo Álvarez » La procesión hacía una parada que era diferente cada año según se dirigiera al Barrio de Arriba o al Barrio de Abajo. Si se dirigía hacia el Barrio de Arriba esta parada se efectuaba delante del Ayuntamiento, y si la procesión se hacía hacia el Barrio de Abajo, se paraba en la Plaza del Barrio de Abajo».
En Pobladura el Rosario se rezaba en el interior de la iglesia, siguiendo las estaciones que se encuentran en la pared. El sacerdote las va recorriendo con algunas personas que llevan la cruz. En cada estación, la cruz es llevada por una persona diferente. La mayoría de los fieles se encuentran en sus bancos, mientras algunos van dirigiendo el rosario recorriendo las estaciones.
Sábado Santo
El Sábado Santo se celebraba una Misa de Gloria a las 12:00 de la noche con la bendición del fuego y del aua; al terminar, se llevaba un poco de agua bendita para casa, por si había que bautizar a algún niño de socorro y para bendecir la casa.
El Domingo de Resurrección en Azadinos
En Azadinos (y antiguamente en Sariegos), se celebraba un encuentro haciendo un procesión en el exterior, alrededor de la iglesia. Se encontraban una imagen de la Virgen del Rosario con el Sagrado Corazón de Jesús. En el momento del encuentro, se le cambiaba el velo a la Virgen, quitándole uno negro para ponerle el azul turquesa, color tradicional de la Virgen María.
Durante la procesión, se entonaba este canto:
Para saber más:
Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes: El Rosario de la buena Muerte.
En el disco Cuaresma, Semana Santa y Pascua en Castilla y León. [Grabación sonora] / arreglos y adaptación, Joaquín Díaz. Urueña (Valladolid) : Barlovento Músicas, DL. 2003 Fundación Centro Etnográfico Joaquín Díaz
Catedral de León: Replica exacta de la matraca de la Catedral
Sonidos de la Semana Santa: carracas, matracas y tabletas.
DOCUMENTACIÓN
ALVAREZ ALVAREZ , ALFREDO (1994): El pueblo de Sariegos; pasado y presente. Historia, ritos, arte y convivencia. LE- 730- 1994
JOAQUÍN DÍAZ: Rosario de la Buena Muerte.
AULA DE LA MUJER (1999): El pueblo de Sariegos. Actividad organizada por el CEAS de La Magdalena con la Asociaicón San Julián Martir y seindo monitora Carmen García Aradas.
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