Puente de La Pontona

Mucha gente desconoce la existencia de un puente que se encuentra en el paraje de Sariegos conocido como “La Pontona”. Se trata de un puente que pasa sobre la presa del Bernesga y que tuvo mucha importancia para los habitantes de Sariegos y de los pueblos limítrofes. No es fácil acceder a él y su estado no permite que se utilice, pero se puede observar, ya que se encuentra en las proximidades de la CL-623 enfrente del acceso que existe para ir a la pasarela de Sariegos que comunica con el Ayuntamiento y muy próximo al molino del Coto.

La información sobre este puente queda muy bien recogida por Alfredo Álvarez, vecino de Sariegos, en su libro «El pueblo de Sariegos: pasado y presente. Historia, ritos , arte y convivencia»

León, provincia de ríos, cuenta con un número de puentes posiblemente único con respecto a otras provincias; en el decir popular, muchos de ellos son catalogados como romanos, si bien, los últimos avances tecnológicos y nuevos estudios arqueológicos nos permiten confirmar que esto no es así, hasta el punto de que podríamos decir que en nuestra provincia no quedan puentes romanos.

Según M. Durán Fuentes no se pasarían de 36 puentes romanos en toda España, la provincia de León, recorrida por varias vías romanas según el Itinerario de Antonino, no conservaría ningún puente original, según el último catálogo de puentes romanos en Hispania realizado por M. Durán Fuentes.

Pero, es lógico que quede esta imagen en la transmisión popular pues el método de construcción de los mismos apenas cambió desde los romanos hasta avanzado el siglo XVIII, donde los ingenieros innovaron nuevos modos de construir a partir de introducirse el hierro colado y el cemento.

Es a partir del siglo XVIII, cuando se crea el Cuerpo de Ingenieros Militares de España (1711) y sus Ordenanzas (1718), cuando se empiezan a estudiar y datar la mayoría de caminos y puentes, es tal el énfasis que se pone tanto en el estudio de caminos y puentes como en la innovación en su construcción, que se puede decir que el siglo XVIII es el siglo de «hacer caminos»; y posiblemente, de finales del s XVIII sea nuestro puente.

La mayoría de los pequeños puentes de nuestra provincia han sido tradicionalmente tenidos por romanos, cuando, en muchos casos, son fruto de las reformas o nuevos trazados que se llevan a cabo en época moderna y, sobre todo, con motivo de la profunda renovación que los Borbones establecen en el sistema de comunicaciones en España. Pero, esta catalogación como construcción romana puede entenderse como normal si pensamos que ese modo de hacer, definido por su solidez y firmeza, no cambió durante muchos siglos y el calificativo de obra romana podría entenderse como «al modo romano», pues hay que tener en cuenta el alto valor que se da al modo de construir de los romanos por su interés en construir bien y que sus obras se perpetuasen. Si bien es cierto que muchos de estos puentes no pasan de dos siglos de historia, también es cierto que tienen un alto valor por su estilo constructivo y por formar parte de un paisaje que ya se valora como bien cultural de un país o lugar.

Imagen del Puente de La Pontona donde se observa con gran detalle el modo de colocar las piedras.
Imagen del Puente de La Pontona donde se observa con gran detalle el modo de colocar las piedras.

La desaparición de muchos puentes en nuestra provincia ha sido en su mayoría por causas naturales de grandes crecidas, pero también por el gran ataque que sufrieron por las fuerzas napoleónicas para inutilizar caminos, por ello, la mayoría, fueron reconstruidos o levantados de nuevo.

Fotografías del puente en la actualidad, marzo de 2021
Fotografías del puente en la actualidad, marzo de 2021

El topónimo Pontona

Nos dice Alfredo: “La Pontona es otro de los topónimos que necesitan de una explicación. Se trata, sin duda, de una alusión al mal llamado puente romano, que es, en realidad, una pontona, es decir un pequeño puente sobre la presa del Bernesga, presa que, no parece tener un origen romano, por lo que el puente tampoco lo tendría. En todo caso, de la Pontona parte El Camino de las Reguerinas, antigua entrada del pueblo de Sariegos desde la carretera de Caboalles, construida a finales del siglo pasado, y que, sin duda, a un pueblo agrícola entonces como era Sariegos, le supuso una mayor comodidad a la hora de transportar a la capital los productos de sus huertas. Productos que debían ser cultivados y trabajados con los pocos medios de que disponían los sariegüenses de entonces”.

Buscamos el término «pontona» y no lo encontramos en la RAE

La Cátedra de Estudios Leoneses lo define como pontón o puente construido antiguamente con listones de madera sobre los que se colocaban ramas atravesadas mezcladas con tapines; actualmente son construcciones de cemento y piedra». Así encontramos también la denominación del puente de la localidad de Palacios del Sil: a la salida del puente denominado «La Pontona» (BOP 125 30-06-11)

Pero, en la zona de Sariegos se conoce como La Pontona a todo el terreno alrededor del puente, y es el concepto de «finca» cercano a una presa, o que puede embalsarse agua en ella bien para riego, bien por inundación de la presa el que más encontramos en la documentación revisada. Este término lo encontramos así definido en muchos apartados del Boletín Oficial de la Provincia, haciendo alusión a cuestiones diversas: obras, enajenaciones,… BOP 11 agosto 2009: «Localización, sitio pontona de la presa, San Andrés del Rabanedo s/n

En el Sur de la Península, el término pontona se usa para denominar barcas, generalmente barcazas planas, y queda pendiente de realización algún estudio sobre el uso de barcas para el cruce delos ríos en nuestra provincia. ¿Podría usarse este término con este significado?

También se utiliza la palabra pontona en León para referirse a zonas o procesos que se requieren en la construcción de un puente sobre una presa.

Lo que sí parece ser es que el término «pontona» está más bien ligado a presas que a ríos en nuestra provincia, y que puede ser similar al concepto de «balsa» que igualmente se utiliza como barcaza o como zona donde remansa el agua, y también con el uso de puente pequeño.

El puente de Sariegos ¿Pagaba portazgo?

El portazgo era una cantidad que se pagaba por derecho de pasar un puente con el fin de mantenerlo y repararlo, lo que se creó ya que el Estado no costeaba suficientemente su construcción y mantenimiento. Pero en general, acabó cobrándose sin que redundase en el beneficio de la construcción. Con la desamortización de Mendizábal se acabo con esta obligación. Desconocemos si esta costumbre se venía haciendo en el puente de Sariegos.

DOCUMENTACIÓN

ALVAREZ ALVAREZ , ALFREDO (1994): El pueblo de Sariegos; pasado y presente. Historia, ritos, arte y convivencia. LE- 730- 1994- pag. 21

CABERO DOMÍNGUEZ, GREGORIA, coordinadora; varios autores (2011): Caminos históricos en León. Caminos y puentes antiguos en la provincia de León: Problemas de identificación y conservación desde la arqueología. Junta de Castilla y León. Fundación Hullera Vasco-Leonesa

DURÁN FUENTES, MANUEL(2002) : Identificación de puentes romanos en Hispania. Publicado en la Revista Obra pública Ingeniería y Territorio nº 57. Monográfico Ingeniería e Historia III.CICCP Diciembre 2001

DURÁN FUENTES, MANUEL(2004): Técnica y construcción de puentes romanos.

FERNÁNDEZ TROYANO, LEONARDO (2014): Los puentes del primer periodo y sus constructores. Puentes de piedra y de madera.

RABANAL ALONSO, MANUEL ABILIO: La vía de la Plata en León y la Vía de León a Asturias: De calzada Romana a vía de Peregrinación a Santiago. Universidad de León.

CÁTEDRA DE ESTUDIOS LEONESES.

Recuerdos del «Pradón de los Monjes»

Recuerdos de un vecino del municipio:

Voy hacer un pequeño recordatorio de los orígenes de esta finca que estuvo regentada por una congregación religiosa y que, por la ley promulgada por el gobierno de la época denominada “Desamortización de Mendizábal”, allá por el año 1798, estos bienes de congregaciones religiosas (procedentes en su mayoría de donaciones), fueron expropiados por el gobierno, saliendo a la venta en subasta pública con el agravante del que los adquirieran quedarían excomulgados por la Iglesia Católica. Una vez realizada esta salvedad, la compra fue hecha por un contratista de carreteras de la época, a principios del siglo XIX, de apellido Guisasola a quien no importaba mucho que le imputaran por este hecho y los dedicó principalmente al recreo y cultivo de diferentes productos agrícolas ya que eran tierras muy fértiles y poseía abundantes canales de agua, que se surtían de la Presa del Bernesga y siempre disponían de personal para su cultivo.

Esta finca fue regentada por esta familia hasta finales de la década de los años 60 (Siglo XX) aproximadamente. Esta finca estuvo bastante conservada en sus orígenes, poseía grandes paseos que la recorrían de norte a sur con abundantes árboles frutales y plantas ornamentales que servían para alegrar el paseo a sus propietarios.

La edificación que en ella se encuentra se utilizó como un lugar de recogida y meditación, por la orden denominada «Los caballeros de Santiago» y como albergue de peregrinos durante el siglo XIX y anteriores,

La finca “el Padrón” tenía una capacidad de 10 Hectáreas de terreno de cultivo de regadío, cercada perimetralmente con una valla de piedra de canto rodado sacado principalmente del rio Bernesga, de una altura aproximada de 2 metros. En su interior existían varias edificaciones que se utilizaban en sus orígenes para albergue de peregrinos y establos para las caballerías que utilizaban, el acceso a la finca era a través de una entrada que estaba situada al este de la finca donde comunicaba con el terreno comunal de Azadinos llamado Alisar y desde éste hacía el rio Bernesga, una vez cruzado el mismo, por una senda  denominada «camino de Santiago» se comunicaba por el cauce del río hasta el Hostal de San Marcos, se cree que había una dependencia entre estos por ser utilizados para los mismos fines (Albergues de Peregrinos).

Poseía una puerta principal situada al Norte que era el acceso principal de dicha finca que lindaba por el oeste con la carretera de Caboalles y varias edificaciones que eran utilizadas por el personal que trabajaba en la finca (caseros, jardineros y empleados de labranza).

Una vez traspasado portón con un arco de piedra y en su parte superior labrada una cruz que hacía referencia a la cruz del Apóstol Santiago, una vez traspasada y ya en su interior, había un gran patio cerrado donde todos las edificaciones tenían acceso al mismo, este estaba empedrado para el paso de caballerías, los aposentos se distribuían de la siguiente forma:

En el ala izquierda, una gran nave de una planta construida en adobe, se utilizaba para guardar las caballerías, en ella, los propietarios que adquirieron esta finca guardaban varias parejas de bueyes que utilizaban para la labranza.

En el ala derecha se encontraba la vivienda principal que constaba de 2 plantas se cree que fue la más importante del conjunto de la edificación; en línea con esta, había varios aposentos, un salón de descanso con decoración en sus paredes de escudos de armas y un mobiliario con sillones de madera y tapizados en terciopelo,  a continuación una pequeña capilla adyacente a esta, había otros aposentos que utilizaban como vivienda de verano los propietarios.

Contigua a la nave de la izquierda donde se guardaban las caballerías existía un cementerio con sus tumbas y cruces en las mismas que algunas se leían los nombres de los fallecidos recuerdo algunas inscripciones eran nombres principalmente franceses, posiblemente estas sepulturas fueran de peregrinos que enfermaron y fallecieron en el lugar.

Existía otra nave con vistas a este patio interior de dos plantas construida en adobe que servía para almacenaje de forrajes.

Ahora los restos de este edificio, prácticamente reducidos a la puerta principal, han sido reconstruidos para evitar la demolición total.

FOTOGRAFÍAS:

Algunas de las fotografías arriba presentadas han sido tomadas de las siguientes publicaciones:

Diario de León-22-8-2017- Fotografía de Marciano Pérez

Diario de León-15-06-2016-Fotografía de Pablo Rioja

Noticias Jacobeas-24-8-2017-Fotografía de Otero Perandones