Labores de verano en el campo. Sariegos agrícola (I): Recogida de la hierba.

Sariegos ha sido un municipio eminentemente agrícola y ganadero y, a pesar de su cercanía a la capital, y de los «tiempos modernos», conserva buena parte de la tradición de esos dos campos y mantiene con respeto y amor el conocimiento de las labores de sus antepasados.

Dedicaremos esta entrada al aprovechamiento de la hierba para el cuidado y alimentación del ganado.

La siega de la hierba

Con la llegada del calor del verano, a partir de San Isidro, el tiempo agrícola se dedicaba a la siega de la hierba de los «praos» antes de que lloviese, para secarla y almacenarla en montones de paja denominados alpacas, y de ellas se iba sacando parte para la alimentación diaria del ganado en el invierno. El mejor momento para cortar la hierba es con un clima soleado, ventoso y seco, si llueve se puede generar moho en ella y esto la estropea para la alimentación del ganado, que la rechazan y resulta muy peligrosa.

La hierba seca también se utilizaba para esparcir por los establos, para que las vacas pudiesen acostarse y para «secar» de algún modo la orina de los animales, que circulaba hacia la parte inferior, dejando una capa seca en la parte superior; esta hierba sucia era retirada y sustituida por los ganaderos periódicamente.

Antes de la mecanización del campo, la siega se realizaba a guadaña; ésta requería un ritmo muy marcado, para evitar accidentes y para aprovechamiento de la jornada.

La guadaña debería de estar bien afilada para que el corte fuera eficaz, primero se picaba, se clavaba el yunque en el suelo y con el martillo se iban dando pequeños golpes acompasados avanzando sobre toda la guadaña; después se le pasaba la piedra de agua y ¡ya estaba lista para segar! La piedra de afilar se solía transportar en un recipiente denominado «gazapo» en esta zona; los más antiguos eran de cuerno o madera, pero después también los hubo de zinc. El gazapo llevaba agua y de vez en cuando, durante la siega, el segador le daba un repaso al filo de la guadaña.

Pasado el tiempo de la siega, la guadaña debía untarse en aceite para que no se oxidase.

El duro trabajo de la siega con guadaña se vio aliviado mediante la invención y posterior fabricación de las primeras máquinas que cortaban la hierba. A principios del s. XIX en EE.UU. aparecieron las primeras máquinas segadoras tiradas por caballos. En 1851, con la Exposición Universal de Londres, estas primeras segadoras se expandieron en el mundo occidental; a mediaos del s. XX aparacen las primeras máquinas de segar sin caballos, motorizadas, pero que sólo cortaban; posteriormente se fueron perfeccionando y se consiguieron las máquinas empacadoras.

Primera máquina segadora en Sariegos

Secado y recogida en el prado.

Después de cortar, la hierba debe secarse por dos o tres días, para lo que se extendía y se le daba la vuelta periódicamente.

 La hierba es peinada con un rastrillo en sentido longitudinal para facilitar que el agua resbale.

Para arrastrar la hierba y amontonarla se utilizaba el rastro, un instrumento similar a los rastrillos actuales, pero con la zona de arrastrado más larga y con el armazón de madera.

El acarreo

La hierba cortada se trasladaba al pajar.

El carro se preparaba para el transporte añadiéndoles unas piezas laterales para aumentar su tamaño.

El carro se arrimaba al ventanuco del pajar y con gran maestría para no caerse de él se iba echando la hierba adentro con ayuda de la horca de dos ganchos.

F: Cortesía de Montse García

El pajar

Una vez recogida y seca la hierba se guardaba en el pajar. En la mayoría de las casas éste se situaba sobre las cuadras. Era una habitación con una ventana por la que se echaba el heno desde el carro, esta portezuela permanecía siempre abierta para que hubiese corriente y no se acumulase humedad sobre la hierba, la hierba húmeda podía generar moho, pero también, al pudrirse, genera mucho calor debido a la fermentación bacteriana, tanto que podía surgir una combustión espontánea y hacer arder el pajar con la cuadra y los animales debajo, incluso trasladarse rápidamente a la vivienda pues la techumbre era de madera.

La hierba en el pajar precisaba ser prensada, a medida que se echaba más; para ello, solía contarse con la colaboración de los rapaces que saltaban sobre ella.

Durante el año, esta hierba se iba sacando para la alimentación de la ganadería. Para ello, se utilizaba el garabito, que servía para mesar la hierba, es decir, sacar la hierba en haces para su utilización posterior.

Garabitos. F: Cortesía de Seni Suárez

Antiguamente, la hierba se echaba suelta al pajar, sólo con la aparición de las primeras máquinas empacadoras se fue amontonando en gavillas aquí conocidas con el nombre de alpacas; estas alpacas tenían en un primer momento un formato rectangular y su peso permitía el manejo manual; en la actualidad, la hierba se agrupa en rulos para su conservación y desplazamiento y su mayor tamaño requiere el manejo con tractores o con máquinas más especializadas que realizan todo el proceso si el terreno es muy grande y la explotación tiene carácter empresarial y no de abastecimiento exclusivamente familiar.

Los rulos de hierba cobran presencia en los campos del municipio en 2021.

El recuerdo de aquellos tiempos en nuestras casas

Voces leonesas sobre la recogida de la hierba, al modo de hablar de Sariegos:

ALPACAS: Aunque la RAE no recoge en su diccionario el término de «alpaca», si no el de «paca» con su significado, el término de «alpaca» es muy generalizado en la provincia de León, siendo su uso recordado por muchas personas mayores, que lo recuerdan de sus padres, y que comienzan a utilizar el término de «paca» porque escuchan que es el correcto. El vocablo de «alpaca» como Bloque de hierba para almacenar como alimento del ganado es recogido, por ejemplo, en el diccionario folgosino, de Folgoso de la Ribera, León. Igualmente, nos lo señalan en Azadinos «aquí siempre oí alpacas en mi niñez (Seni Suárez, Azadinos). La palabra «alpaca» con este significado de fardo de hierba, también es utilizado en la montaña de Palencia.

GARABITO: gancho, garabato (DRAE). El garabito «es un palo que al final tiene un gancho, se usa para sacar la hierba del pajar» (Montse, de Carbajal). «El garabito era para sacar la hierba en el pajar porque se metía suelta (Pergentina, Carbajal). «Es un utensilio agrícola, cuya misión principal era para mesar la hierba que se metía suelta en los pajares» (Elena Fernández, de Carbajal)

GAZAPO: Recipiente donde se llevaba la piedra para afilar la guadaña. Los más antiguos eran de cuerno de vaca, de madera, y después se hicieron de zinc. Este término no lo define la DRAE pero es recordado por las personas de Carbajal de la Legua y en otras zonas de la provincia de León como en Robles de Torío o Grulleros. Curiosamente, sí encontramos el término de «gazapo» con este significado en Andalucía, como leonesismos introducidos en la región, «gazapo» y «gachapo» (ver IGNACIO LÓPEZ DE ABERASTURI ARREGUI)

GUADAÑA: Instrumento para segar a ras de tierra, constituido por una cuchilla alargada, curva y puntiaguda, sujeta a un mango largo que se maneja con las dos manos. (DRAE). Este término se utiliza en todo el territorio leonés.

HORCA DE DOS GANCHOS: Apero de madera que consistía en un palo terminado en dos puntas y que se utilizaba para echar la hierba desde el carro al pajar.

PICAR LA GUADAÑA: Afilar la guadaña, ( MORALA, T: ¡Hay que picar la guadaña!: » …sin más, clavó el yunque en la tierra hasta el tope del mismo… pegó un salivazo a la punta del martillo, cogió la guadaña o gadaño por la parte de afuera, puso el filo empezando por la punta sobre el yunque, y con una cadencia casi milimétrica comenzó el ritual del “toc-toc-toc…” hasta que terminó pasados unos quince minutos…» 

PRAO: Prado. Tierra muy húmeda o de regadío en la cual se deja crecer la hierba para pasto de los ganados. Aunque el DRAE recoge únicamente el término de «prado», es muy raro escuchar en lenguaje coloquial hablado en León este término, normalmente se utiliza «prao» y muy especialmente si se pronuncia en frases relacionadas con el trabajo del campo: «Voy al prao a segar la hierba».

Prado de Guadaña: prado que se siega una vez al año.

RASTRO: Apero de labranza, se compone de un mango largo de madera cruzado en uno de sus extremos por un travesaño con púas, a modo de dientes, que sirve para recoger y amontonar la hierba segada.

YUNQUE Y MARTILLO: Instrumentos que se utilizaban para picar la guadaña. El yunque se clava en el suelo y sobre él se apoya la guadaña a la que se la golpea rítmicamente a lo largo de todo su filo para que corte bien.

FOTOGRAFÍAS FACILITADAS POR:

Domingo García García

María Araceli Robles García

Mar Ordóñez Álvarez

Montse García Fernández

Seni Suárez

INFORMARON

Asociación de Mujeres Santa Eulalia, de Azadinos.

Grupo de Envejecimiento Activo, de Carbajal de la Legua

DOCUMENTACIÓN

JUNTA DE CASTILLA Y LEÓN. Museo Etnográfico. Archivo de la Tradicion Oral.

DIPUTACIÓN DE LEÓN. Museo etnográfico provincial de León. EtnoLeón: etnografía León.

LE MEN LOYER, J-YVONNE: Repertorio de Léxico leonés. Tesis doctoral bajo la dirección de Dr José Ramón Morala Rodríguez. Universidad de León, Facultad de Filosofía y Letras, Departamento de Filología Hispánica. León 1996.

LÓPEZ DE ABERASTURI ARREGUI, IGNACIO: Leonesismos. Léxicos de carácter migratorio en Andalucía.

MORALA ,TOÑO: ¡Hay que picar la guadaña… a cabruñar! En Museo Etnográfico de León. Blog Etnoleón. 23 de mayo de 2019

VEGA MORALEJO, TOMÁS: Folgoso, el libro. 2019

VIELBA PORRAS, CARLOS: El léxico de la montaña palentina. Tesis doctoral. UNED.2011

El monasterio de San Tirso de Valdecastro, en Carbajal de la Legua.

LOCALIZACIÓN DEL ANTIGUO MONASTERIO DE SAN TIRSO

Los restos del monasterio de San Tirso se localizan en el paraje de Valdecastro, ubicado en la ribera del río Bernesga, que incluye un valle con un arroyo de gran caudal, un monte de encinas inmediato y la ladera de la Hoja de León.   Se encuentra este paraje a dos km. del pueblo de Carbajal de la Legua y a ocho de León, siguiendo el Camino del Salvador a Oviedo, en las coordenadas Lat.: 42,68 y Long: -5,61 XML    y a una altura   de 862,47 m.

Podemos encontrar las ruinas de lo que queda del monasterio en el mismo Camino del Salvador que utilizan los peregrinos para visitar las reliquias de la Cámara Santa de Oviedo y continuar a Santiago de Compostela.

El único acceso que ha habido hasta hace cinco años, cuando se efectuó un arreglo parcial, era el Camino del Salvador totalmente “montuoso».

FOTO: JESÚS SANTOS
FOTO: JESÚS SANTOS
Localización actual del paraje en Carbajal de la Legua donde se ubicaría el Monasterio y mapa F: Jesús Santos

Llama la atención su asentamiento, su ocultación a la vista general en el valle del Bernesga, quizás en previsión de posibles incursiones sarracenas, como había ocurrido ya en otros monasterios como el de Santa Cristina de León.  Precisamente, existe documentación en la que se cita que el rey pide a un tal Esperus que repueble esta zona, pues desde las montañas al norte de León, hasta la ribera del río Duero, había sido mandado desalojar para evitar los ataques musulmanes; a medida que se iba reconquistando territorio, los reyes mandaban repoblar, pero aún así, con suma precaución pues se seguían sufriendo ataques (razías) por parte de los invasores.

Otra característica sobre este paraje es su riqueza natural, a la orilla del río Bernesga, con ricas aguas y peces, acequias, molinos, junto con la riqueza de bosque que en aquel tiempo podemos presuponer, y de esta riqueza encontramos testimonio escrito en los archivos de la Catedral.

SOBRE SU FUNDACIÓN Y DATOS HISTÓRICOS.

El primer documento que da noticia del monasterio de San Tirso de una forma clara es el relativo a un intercambio de viñas de una familia con el abad Félix que tuvo lugar en el año 1038; los hermanos Reforco, Gondesteo, Jimena, Godina y Eldoinza permutan con el abad Feliz unas viñas y comentan que sus padres están enterrados en el monasterio de San Tirso de Valdecastro; por ello, es de suponer que el monasterio se construyó antes de esta permuta, tal vez diez años antes, en 1028.

Encontramos también la documentación en la que se cita a Espero, a quien el Rey había mandado repoblar la zona tras la Reconquista, quien ya había mandado construir una iglesia con advocación a S. Tirso y quien, a su muerte, sus herederos donan todo a la iglesia de Santa María (catedral románica) y por tanto al obispado en León.

También se cita el monasterio en el momento en que se construye el de Carbajal como vimos en la entrada sobre aquél.

Posteriormente se sabe de una disputa entre señores feudales y el obispado, sobre la propiedad del monasterio y todos sus bienes. De una parte, Don Diego, obispo de León, y Miguel Rodríguez con sus hijos y otros infanzones de la otra, sobre el derecho de propiedad del monasterio de San Tirso. El monasterio sufre una destrucción por parte de los pobladores al serles negada la propiedad por parte del obispo. Los litigantes procedieron, ayudados de sus convecinos, a la destrucción de altares, iglesia, monasterio y edificios anejos, viéndose obligado el obispo a lanzar sobre ellos anatema y excomunión, por lo que aquellos, arrepentidos, piden perdón y misericordia al obispo, quien a la vista de su arrepentimiento y humildad, levanta la excomunión, llegándose al acuerdo por el que reconocían a la iglesia de Santa María, de León, y a su obispo como propietarios del monasterio, cediendo a favor de este cuanto les pudiera pertenecer.

LA ADVOCACIÓN DE SAN TIRSO Y SU CULTO EXTENDIDO EN TODO EL REINO DE LEÓN EN EL MOMENTO DE LA CONSTRUCCIÓN DEL MONASTERIO.

San Tirso era un militar romano, de origen asiático que, no obstante, fue muy venerado en el Noroeste de la península ibérica. Se cree que el culto del mártir Tirso, existente ya en el siglo VII en Extremadura, se extendió por el reino asturleonés en los siglos VIII y IX, seguramente más en el último, a partir de la fundación de la basílica de San Tirso en Oviedo por el rey Alfonso II. Murió martirizado en el año 251 en Apolonia, Frigia. La tradición dice que Tirso soportó muchas torturas y finalmente fue sentenciado a ser cortado en dos, motivo por el que se le representa con una sierra metálica en una mano. La pasión de San Tirso está muy relacionada con la de Sta. Eulalia, cuyo culto también está muy extendido en la provincia de León y en particular en nuestro municipio.

Sus reliquias fueron llevadas a Constantinopla.

Imagen de San Tirso en la Iglesia que lleva su nombre en Villafranca del Bierzo. Imagen procedente de la página «Hablemos de religión»

Para entender su importancia debemos situarnos en la Alta Edad Media, preguntarnos por qué el Rey Alfonso II construye una basílica real, que adquiere gran en importancia en aquel momento, junto a la catedral de Oviedo que inició su padre Fruela, con advocación a San Tirso y por qué se difunde tanto su culto y se construye otra en parajes de Carbajal de la Legua unos años después; cabe esperar que esto esté relacionado con el Camino de San Salvador que une a Oviedo con Carbajal y que en aquellos momentos era clave en la Reconquista; sin duda abre una nueva vía de investigación para entradas posteriores.

Como señalamos, durante la Edad Media su culto se hizo muy popular sobre todo en el Reino de León, en la provincia hay catorce poblaciones que tienen a San Tirso por patrón y un pueblo con la misma denominación siendo la iglesia más conocida, con el nombre de San Tirso. la de Sahagún, de estilo mudéjar aunque la Crónica de Sahagún de R. Escalona dice que su nombre lo adquirió de una donación previa de otro monasterio en Villa Ramiel donada por un caballero llamado Sancho Fernández que lo donó a San Mancio antes de 1080.

EL MONASTERIO EN EL CAMINO DE S. SALVADOR Y SU POSIBLE FINALIDAD HOSPITALARIA

Como hemos señalado anteriormente, toda la provincia de León había sufrido muchos ataques sarracenos, viéndose su población trasladada a lugares más seguros al norte, hacia Asturias; por tanto, en el momento en que se descubre la tumba del Apóstol, no existía lo que hoy denominamos como Camino Francés, pues hubiera sufrido muchos ataques. Los reyes que en aquel momento quisieron potenciar el Camino llevaban a los peregrinos a través de las montañas del norte y, al dirigir su paso hacia San Salvador de Oviedo, atravesaban los caminos de Carbajal de la Legua, por lo que podría ser que el monasterio de San Tirso tuviese un interés claramente de dar servicio y protección a los Peregrinos del Camino de San Salvador. De ello encontramos referencias en un documento donde se citan varios monasterios de León y se da recomendación de atender a pobres y peregrinos.

LOS RESTOS DEL MONASTERIO EN LA ACTUALIDAD

            Lo que hoy podemos encontrar del monasterio de San Tirso son los restos de cimentaciones de adobe y guijarros, lo que nos llega a tanto por la bibliografía existente al respecto (Díez Alonso, M 2001), como por la tradición oral. Las medidas aproximadas de este recinto son 22 m. de largo y 18 m. de ancho, con una superficie de 415 m2.

Tampoco hay motivo de duda con ninguna otra construcción próxima en el mismo paraje. El enclave está inventariado como medieval según Informe Arqueológico de la Junta de Castilla y León.

DOCUMENTOS ENCONTRADOS PARA LA INVESTIGACIÓN

Podemos tener conocimiento de algunos momentos que hacen referencia al monasterio de San Tirso de Carbajal a través de diversos textos que se conservan en la Catedral de León y otros documentos guardados, generalmente, en monasterios. Estos documentos no cuentan una historia completa, pero podemos hacernos una idea de lo que aconteció en él hace algunos siglos.

Estos documentos han sido investigados y tratados por Jesús Santos quien los aporta a esta publicación.

Los documentos que se citan a continuación no son fotografías de los originales sino una recreación para ilustrar el texto;  por orden cronológico, serían:

ACL.  A . Nº 923.

Los hijos de Esperus, de sobre nombre Citi Fortis indican que hacen la permuta de fincas en remedio de las almas de sus progenitores, sepultados en el monasterio.

1021 , julio 16 

ACL.B. T. ff 235r- 236r (Mº San Miguel de la Vega León).

 Sobre el deber de dar hospitalidad al peregrino

«Y que seáis dueño de ello, y distribuyáis su ración a los huéspedes, a los pobres, a los peregrinos y celebréis por los míos memoriales de S. Miguel arcángel, de S. Felix, de S. Pedro y de Santo Tirso por el alma del confesor Uiariz. No os olvidéis para que nosotros alcancemos misericordia ante Dios”.

1060, setiembre, 11 .  ACL . B. T.  ff 74v-75r.

TESTAMENTUM   DE   SANCTI  TIRSI   DE VAL DE CASTRO.

A la muerte de Espero Citi Fortes, sus herederos hicieron donación en favor de al Sta. Iglesia Catedral de León de la iglesia de San Tirso, construida a expensas del mismo.

“Ofrecemos y concedemos a este lugar que dicen de Santa María y a su obispo Don Alvito el monasterio de Santo Tirso con sus testaciones, sus villas y sus heredades, ya pobladas (en blanco).”


1115, agosto,11.  B. 

Archivo del monasterio de M.M Benedictinas Carbajalas de León.

El monasterio sufre una destrucción por parte de los pobladores al serles negada la propiedad por parte del obispo Don Diego, según el relato de esta copia.

Plácito entre Don Diego, obispo de León, de una parte y Miguel Rodríguez con sus hijos y otros infanzones de la otra, sobre el derecho de propiedad del monasterio de San Tirso, sito en la ribera del Bernesga, en el Monte de Valdecastro, formalizado después que estos, considerando que el monasterio con sus edificaciones anejas les pertenecía, y oponiéndose a lo manifestado por el obispo, que declaraba que todo ello pertenecía la iglesia de Santa María de León, procedieron, ayudados de sus convecinos, a la destrucción de altares, iglesia, monasterio y edificios anejos, viéndose obligado el obispo a lanzar sobre ellos anatema y excomunión, por lo que aquellos, arrepentidos, piden perdón y misericordia al obispo, quien a la vista de su arrepentimiento y humildad, levanta la excomunión, llegándose al plácito por el que reconocían a la iglesia de Santa María, de León, y a su obispo como propietarios del monasterio, cediendo a favor de este cuanto les pudiera pertenecer.

1116, enero 8. A. Nº 1632

Documento, por el que el obispo Don Diego dona a esta iglesia con el consentimiento de la reina doña Urraca, monasterios, villas y posesiones, que le pertenecían. Es un documento genérico porque no aparece ninguna propiedad en concreto, hasta que en el siglo XVI las anotan en el margen.

Como es un documento que afectó a la propiedad de Santo Tirso, se deberá tener en cuenta para entender los hechos posteriores.

[1117, abril,26. A. Nº 1382

Plácito, o sentencia, entre don Diego, obispo de León, y los herederos del monasterio de San Tirso sobre la pertenencia del mismo, y acuerdo sobre actos jurisdiccionales y dominicales en él.

La transcripción que hace Risco es la siguiente: “Convinieronse en que dexarían todos al Obispo las heredades que poseían, con la condición de que reedificase y poblase el Monasterio, y de que el Abad se había de nombrar por parecer y consulta de los herederos. Estos se ofrecían a socorrer al Monasterio en todas sus urgencias, y el monasterio a hospedar a los herederos cuando pasaran por él, y a recibir y mantener con la decencia posible a cualquiera de los mismos, si llegase a ser pobre, y quisiese vivir en él y servir a Dios en compañía de los Monges”.

Este documento parece poner fin a las disputas de la propiedad, señalando que ya no está Micahelis Rodriquiz presente, sino sus herederos, facilitando el acuerdo que no se había logrado en 1115. Sin olvidar el documento de 1116 que también tuvo que ser disuasorio.

1120, junio ,29. ACL: A. Nº 1384.

Constitución de Don Diego, obispo de León, suprimiendo el sistema beneficial y estableciendo el sistema de canonjías perpetuas.

“Michel Floridiz = ( en B, Martinus  Petri ) Monasterium Sancti Tirsi cum suis hereditatibus.”

Es decir estos dos canónigos representaban la propiedad del cabildo del monasterio , primero uno y a su muerte el siguiente, pero creando verdaderos problemas de transmisión de la propiedad cuando fallecían.

Vuelve a aparecer el monasterio de San Tirso  en el legado patrimonial de creación del monasterio de Carbajal por los canónigos reglares de San Agustín con su prior Pedro Arias pero ya  en 1144.

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1144, febrero, 25. A. Arch. San Isidoro de León Nº 98. 

Don Juan (Albertino) obispo de León en unión de los canónigos de la Iglesia y sede de Santa María, funda el monasterio de Carbajal de la Legua, Y a mayores, cita al Monasterio de San Tirso

1148, febrero,17. Palencia.  ACL   A. Nº 1029

Alfonso VII y su esposa Berenguela, en unión de sus hijos, Sancho, Fernando y Constanza, y con su hermana, la infanta Sancha, como poseedora del Infantazgo y honor de San Pelayo, donan a la iglesia y sede de Santa María de León, y a su obispo Juan, y a sus sucesores, las tercias de todas las iglesias que se hallan en dicho Infantazgo, excepto las de aquellas iglesias y monasterios que se relacionan”, entre ellos el de Santo Tirso.

1208, enero 29.  A.  AHN. OO.MM. Santiago.  TML II, doc. 42.

Fernando González, maestre de Santiago, y el cabildo de la Orden dan fuero a los habitantes de San Tirso y Castrillino

“En nombre de Dios Padre omnipotente. Yo Fernando González maestre de la Milicia Santiaguista con nuestros hermanos y con todo nuestro capítulo, hacemos carta a nuestros hombres que moran en Santo Tirso y en la villa que llaman Castrillino.
Damos y concedemos a estos la mitad de nuestra heredad, adelantando dos modios de semilla en Santo Tirso y dos modios de semilla en Castrillino por serna, y viñas de Castrillino delante de las viñas   en la salida al monte, y damos los huertos donde estén liberados, delante del huerto de Arnal, dos huertos de frente a los huertos de San Tirso y delante del huerto que está enfrente de los huertos de Castrillino”.

BIBLIOGRAFÍA

ALDEA VAQUERO, Q; MARÍN MARTÍNEZ, T. Y VIVES GATELL, J. (1972) : Diccionario de Historia Eclesiástica de España ( 5 Vols.) Editorial: Instituto Enrique Flórez – Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Madrid.

FUENTES  Y ESTUDIOS  DE LA HISTORIA  LEONESA  (FEHL).- Colección Documental de la Catedral de León. J.M. Ruiz Asencio. T  I-VII.

Informe Arqueológico de la Junta de Castilla y León.

CASADO QUINTANILLA (2007). Colección documental del Priorato de San Marcos de León, de la Orden de Santiago (1125-1300) (Fuentes Estudios de Historia Leonesa, 116). León

FERNÁNDEZ FLÓREZ J.M. (FEHL).(1984) : El Becerro de Presentaciones. Códice 13 del ACL. Un parroquial leonés de los siglos XIII-XV. León y su historia. Miscelánea Histórica V

FLÓREZ, ENRIQUE (1786): España sagrada : tomo XXXV, Memorias de la Santa Iglesia esenta de León, concernientes a los siglos XI, XII y XIII … Madrid . Imp. en la oficina de Pedro Marín,

MARTIN CRIADO, Arturo (2016): La pasión de san Tirso pintada en su ermita de la Merindad de Sotoscueva Publicado en la “Revista de Folklore” Ed. Joaquín Díaz número 410

POSADILLA, JUAN DE DIOS (1899): Episcopologio legionense [LOC.5938 V.I] León. Imp. de Maximino A. Miñón

REDONDO CADENAS, FELICIANO (1976). «La iglesia de San Tirso el Real de Oviedo: Basílica primitiva»Boletín del Real Instituto de Estudios Asturianos (88): 607-626. ISSN 0020-384X.

RUÍZ ASENCIO, J.M. (1987): Colección documental del Archivo de la Catedral de León (775-1230). III: (986-1031). Colección: “Fuentes y Estudios de Historia Leonesa”; 43 T I-VII. Editorial: Centro de Estudios e Investigación San Isidoro. León (España)

RISCO, MANUEL (1792): Iglesia de León y monasterios antiguos y modernos de la misma ciudad. Imp. En la Oficina D Blas Román. Madrid. (pp 136-137)

PARA SABER MÁS

ADVOCACIÓN DE SAN TIRSO: https://hablemosdereligion.com/san-tirso/

MISA EN RITO  HISPANO -MOZÁRABE DE SAN TIRSO: http://www.hispanomozarabe.es/Liturgia/Renov/mis-ene-28.htm

Grupo de investigación sobre el patrimonio material e inmaterial del municipio de Sariegos

ECOS

AHORA LEÓN: Mil años de historia tras el Monasterio de Santo Tirso en Carbajal de la Legua

ILEÓN: Recuperar un monasterio que fue hito en mil años de historia en el Camino de San Salvador.