La cuelga de cumpleaños.

El blog sobre nuestro patrimonio, material e inmaterial, cumple un año y queremos dedicar la ocasión a presentar una entrada sobre una tradición muy leonesa para las celebraciones de aniversario.

Hoy, 28 de octubre 2021, le ponemos la cuelga a nuestro blog.

En León, y también en nuestro municipio, se celebra una tradición ancestral el día de los cumpleaños, colocando una «cuelga» alrededor del cuello de los niños o, en algunas familias, en el día del santo.

Este obsequio consiste en preparar un largo collar lleno de caramelos o golosinas de todo tipo. En un momento de descuido, se introduce la cuelga por la cabeza, desde la espalda, de modo que resulte una sorpresa, al tiempo que todos los familiares presentes, con gran algarabía, le felicitan el cumpleaños, le tiran de las orejas o le cantan el «cumpleaños feliz».

Preparando una cuelga al modo antiguo.

Antiguamente, los padres o padrinos preparaban esta cuelga con una cuerda de cáñamo, que era la que se encontraba en casa para todos los menesteres que se precisasen, como atar los embutidos, por ejemplo. Con esta cuerda se ataban los dulces a los que se tenía acceso en las familias, que fueron en un principio las roscas caseras, frutos de temporada como castañas o avellanas en otoño, y otros frutos que, en aquel momento, eran de escaso consumo, como naranjas o manzanas.

Esta cuelga fue transformándose a medida que el poder adquisitivo fue mayor y al entrar en el mercado productos más variados y de alegre colorido; así, fueron añadiéndose caramelos, que en León eran los famosos «ronchitos» o los típicos gajos de limón o naranja de «caramelos Santos»; chupachups, palotes, bolsitas de piñones, etc.

Cuelga al estilo más actual.

Pasaron unos años en que las costumbres locales decayeron y en muchas familias la tradición de la cuelga quedó atrás, tal vez por la gran cantidad de juguetes que aparecían en el mercado; sin embargo, esto fue un corto paréntesis pues muchas tradiciones resurgieron con fuerza y la cuelga irrumpió también en el mercado local y ya podemos encontrar en este momento grandes collaradas de dulces de todo tipo con lazos de colores y celofanes brillantes.

Una emotiva celebración en nuestro municipio.

El amor por lo nuestro y la alegría con que este acontecimiento se recibe ha ampliado incluso el uso de la cuelga hacia todos nuestros seres queridos y muy especialmente hacia los abuelos de modo que, ahora, es raro no «colgar» a los homenajeados de la familia sean padres, abuelos o cualquier ser querido.

En el día de ayer, nuestro vecino Manuel Martínez Llanos, cumplió 100 años, y muchas entidades de la localidad de Azadinos, como el colegio y la Junta Vecinal, quisieron felicitarle y estar presentes en su celebración. También el Ayuntamiento de Sariegos le acompañó y felicitó no sólo por su edad, también por la buena relación de vecindad que mantuvo en su pueblo; y, como no, le «colgo» con la tradicional cuelga leonesa, junto con la entrega de otros obsequios.

Una tradición antiquísima

Sobre las raíces de esta tradición no encontramos documentación alguna, se ha transmitido de padres a hijos y, tal vez por lo natural del acontecimiento, no se han realizado estudios al respecto. Sabemos que en muchas culturas el colocar collares, como los de flores, a una persona, es un gesto de buenos deseos, de bienvenida, o en este caso de la cuelga leonesa, se trata de desear un año feliz a la persona que lo inicia y transmitir el cariño y protección de sus seres queridos; pero no podemos saber dónde o cuándo comenzó esta tradición ni por qué especialmente en nuestra provincia o por qué quedan aquí restos de esta tradición si es que fue más general. Encontramos algún texto en Internet que cita que esta costumbre de la cuelga comenzó en las montañas de León, pero no aparece ningún documento que sostenga esta tesis, sin embargo, todos tenemos amigos distribuidos por toda la provincia leonesa y todos recuerdan haber puesto o recibido la cuelga en sus hogares.

Cuelga antigua en el Mueso etnográfico de Lorenzana, localidad del municipio vecino de Cuadros.

El Diccionario de la Real Academia si nombra el término de cuelga:

2. f. coloq. Regalo que se da a alguien en el día de su cumpleaños.

En unos versos de Quevedo podemos encontrar lo que puede ser una referencia a la cuelga leonesa:

Si yo me muero, me olvidan,
y si cumplo años, me cuelgan;
si vengo, dicen qué traigo,
si voy, que lleve encomiendas.

La cuelga a San Froilán

También es muy significativo poner la cuelga a San Froilán el día de la subida o Romería a la Virgen del Camino, momentos muy emotivos en donde se le hacen vivas al mismo, a la patrona del pueblo leonés y a León. Como hemos narrado en la entrada sobre San Froilán, es para los leoneses esta tradición muy profunda y ligada a las raíces y sentimientos de la tierra y se comenzó a ponerle la cuelga en el momento en que todas las tradiciones retornaban con fuerza.

DOCUMENTACIÓN

Blog Pequeñas historia de España.

Diaro de León; SUSANA VERGARA PEDREIRA; 5 DE OCTUBRE DE 2015: Rito y Tradición.

Raquel FUENTES (2019): Canciones y ritos de cumpleaños en Europa
Birthday songs and rites in Europe
.
(Universidad de Alcalá de Henares)
[email protected] ORCID ID: 0000-0002-0139-6567

Tirando del hilo.

El trabajo de la mujer para la provisión del vestuario a lo largo de la historia de nuestro municipio.

En las últimas entradas en este blog en el que tratamos de transmitir todo lo relacionado con el patrimonio material e inmaterial del municipio de Sariegos, hemos dedicado varias publicaciones a labores del campo. Hoy, 15 de octubre, día Internacional de la mujer rural, no vamos a insistir en aquellas tareas relacionadas con la agroganadería que la mujer rural realizaba, o realiza, en nuestros pueblos. Llega el invierno y las tareas en las casas rurales se realizan más en el interior; sin dejar de prestar atención al ganado que proveía de recursos a la familia, o a la ganadería cosechando los productos de la huerta de invierno o preparando el terreno para el cultivo del cereal, la mujer se dedicaba a tareas que, resultando obvias («sus labores») pasan desapercibidas pues nunca fueron consideradas en su total valía como aporte económico a la gestión familiar, ni mucho menos como un aporte real, que lo fue, a la economía del país. El poder adquisitivo y la provisión de recursos actuales nos hacen olvidar estos aportes sin una valoración real.

Estamos hablando de las tareas relacionadas con la costura, la confección de vestidos, las labores de tejer o ganchillar; todas ellas tareas que no se pueden aglutinar en un nombre concreto sin que vengan a nuestra mente conceptos más profesionalizados relacionados con la alta costura; si hablamos del término «corte y confección» seguro que no pensamos en la labor de aquellas mujeres que hacían prendas perfectas para sus hijos e hijas, sino que a nuestra mente llegarán imágenes de sectores profesionalizados de la moda.

Composición a partir de una fotografía de Sariegos de los años 60

Hasta tal punto resulta poco valorada esta labor de la mujer, fundamental hasta el siglo pasado para la subsistencia familiar, que nos ha resultado muy complejo acceder a sus cestas de labor, a sus acericos y rincones de trabajo, pues parece resultar casi tan absurdo como solicitarles una fotografía de un estropajo o de un rincón de limpieza. ¿Dónde está la gracia o qué es lo que hay que enseñar? La mayoría de las personas pueden recordar lo que es una hoz o una guadaña, y no resulta nada complejo acceder a estos aperos, pero, fotografiar unas agujas de tejer «aguja de media» o de ganchillo parece no tener valor en absoluto y, si bien es cierto que este material lo encontramos actualmente en una mercería sin problema alguno, no es menos cierto que podemos adquirir con la misma facilidad una azada o un escabín.

Mujeres de Sariegos tricotando en el umbral de la puerta.

El filandón

El Filandón de León fue elegido en 2009, por votación ciudadana, como Tesoro del Patrimonio Cultural Inmaterial de España, según informó el Bureau Internacional de Capitales Culturales.

«Filandón», («fiandón», «filorio», «hilandorio», «hilandera») es una vieja palabra dialectal leonesa de etimología latina, derivada de ‘filum’, hilo, que designa las reuniones nocturnas en que las mujeres hilaban, mientras los asistentes se contaban cuentos, chistes e historias diversas, y se cantaban canciones tradicionales al son de los instrumentos de la zona correspondiente».

Los productos básicos de lana y lino

Las familias del muncipio de Sariegos, como la práctica totalidad de la provincia de León, tenían una economía de subsistencia hasta el siglo XX. La mayor parte de los tejidos que precisaba la familia se realizaban utilizando la lana o el lino como materia prima, bien para la confección de vestuario, para la confección de sábanas o para apoyar el trabajo del campo realizando quilmas de lino para el transporte de grano y harinas; eran tejidos en los propios domicilios o en telares comunales.

De la producción de lino encontramos referencia en el Diccionario Encoclopedico de Pascual Madoz cuando cita las localidades de Azadinos, Pobladura y Sariegos en los que se produce lino:

Igualmente, se cita en el diccionario en las entradas que se refieren, la cría de producto lanar, que en pequeña cantidad se mantiene hasta nuestros días, aunque la cría de ovejas ya no se utiliza para la producción de lana.

Rebaño de ovejas transitando por Sariegos en años recientes.

El «punto»

Se denomina hacer punto a la labor de tejer con «aguja de media» jerseys o calcetines. Como señalamaos en el apartado anterior, hasta principios del siglo 20 la lana se esquilaba en los pueblos, se hilaba y se tejía. Posteriormente, ya se adquirían en la ciudad de León, lanas de diversos colores. Normalmente, se tejían las chaquetas, jerseys y calcetines de los niños en la familia.

La ropa pasaba de hermanos mayores a los pequeños cuando los había; si se desgastaban o rompían las prendas o nadie las podía aprovechar ya, se deshacían, se ponían las madejas al vapor para quitar las marcas del tejido y se devanaban. Esta labor la recuerdan las hijas, o hijos pequeños, que debían pasar horas con las manos colocadas sujetando la madeja para que la madre «adovanase» el ovillo; luego, se volvía a tejer sólo o mezclado con otros colores si se precisaba hacer una prenda mayor.

El tejido de punto se ha conservado hasta la actualidad en la confección de ropa de bebé, tal vez por resultar prendas de menor tamaño o porque mantienen un valor dado su trabajo «preciosista». Este tipo de prendas está muy considerado en algún país de Europa y mujeres leonesas incluso exportan sus labores.

El ganchillo

El tejido de ganchillo se utilizaba sobre todo para la elaboración de prendas para el hogar: cogines y mantas o colchas. En la mayoría de los casos, el ganchillo servía para el aprovechamiento de las lanas que ya no podían ser utilizadas para los jerseys, tal vez por quedar en pequeñas cantidades, por lo que se mezclaban en un alegre revoltijo de color para la confección de estas prendas.

Alrededor de los años 70 u 80 se impuso la moda de tejer colchas de hilo de algodón para las camas y paños para las mesas camillas.

La confección del vestuario

La confección de la ropa, sobre todo la infantil, desde principios del siglo XX hasta bien entrados los años 80, era algo que se realizaba en el hogar.

Durante los años de postguerra, la moda estuvo marcada, como el resto de las cuestiones, por la ideología franquista, transmitida, fundamentalmente, por la Sección Femenina, organización encaminada a orientar a las mujeres hacia lo que se consideraba la esposa ideal.

«El prototipo de mujer era presentado por la jerarquía eclesiástica de la siguiente forma: debía ir convenientemente vestida, es decir, con mangas largas o al codo, sin escotes,con faldas holgadas, para no concentrar atenciones indebidas. La ropa no podía ser corta ni tampoco se debía transparentar».

Las revistas de moda de aquel momento eran «La moda y el hogar» o «Sus labores«. El primer ejemplar de «La moda y el hogar» aparece en 1939. Los modelos en España eran sobrios, con escotes sencillos, manga larga o media manga y faldas por debajo de la rodilla. No existían muchas tiendas de confección, quien podía permitírselo encargaba prendas a las modistas, una vez al año o para ocasiones especiales como bodas. Generalmente, las prendas que se adquirían en el comercio eran las masculinas: pantalones o trajes. Los años 40 fueron los más duros de este periodo.

En estas revistas de moda o de «labores del hogar» se encontraban fundamentalmente diseños de labores para el adorno de la vivienda: cortinas, manteles, paños para la mesa de la plancha, o para las tareas de la mujer como mandiles, paños de cocina y pañuelos para cubrirse la cabeza, o bien prendas para los bebés.

Mandil o delantal confeccionado en Azadinos

A partir de los años 80 el mercado de las prendas de vestir comienza a popularizarse, y la máquina de coser queda para las mujeres más aficionadas a estas tareas que realizan prendas para sí mismas o arreglos del vestuario familiar.

Los bolillos

El trabajo de bolillos consiste en una valiosa labor de fabricación de encaje que, por las invetigaciones realizadas, parece de procedencia española. Este trabajo es realizado por algunas mujeres, y , aunque no forma parte de los trabajos básicos de aprovisionamiento de vetuario, resulta una labor de un gran valor artístico y artesanal.

Trabajo de bolillos y los palillos precisos para su ejecución, facilitado por Seni Suárez, de Azadinos.

La costura como meditación activa

En el momento en el que el tiempo libre se diferencia del tiempo de trabajo, unido a la mayor oferta de productos en el mercado y al abaratamiento de costes, también la costura y las labores de punto dejan, en la mayoría de las familias, de formar parte de los aspectos productivos para tomar sentido en los momentos de ocio y relajación. Muchas mujeres continúan en sus hogares realizando estas labores para su entretenimiento y crecimiento personal y, gracias a los conocimientos adquiridos en la actualidad sobre el funcionamiento de nuestra mente, podemos considerar estas labores como un proceso de meditación activa durante su realización.

En el municipio de Sariegos, la asociación «La Tierra Negra» organiza un grupo de ganchillo que ha realizado un laborioso «nacimiento» que espone en el periodo navideño o adornos para los árboles; las mujeres se reúnen periódicamente (sufriendo un paréntesis en el periodo de covid 19, como todos los grupos sociales) y ponen en común sus conocimientos para la elaboración de cientos de figuritas que han de conformar el «belén» de Navidad.

Sin embargo, a pesar de la evidencia del beneficio que la costura otorga a la economía doméstica, a la del país y a la salud mental, aún no ha sido reconocido su valor por los economistas, ni encontramos, en los grupos, participación masculina alguna. Aprovechamos el día de hoy, Día Internacional de la Mujer Rural, para reivindicar este valor y sirva de reconocimiento a las mujeres de nuestro pueblos que con «sus labores» aportaron a las familias una calidad de vida digna y suficiente en los momentos más duros que el país atravesó.

FOTOGRAFÍAS FACILITADAS POR

Asociación la Tierra Negra: Archivo documental

Asociación de Mujeres santa Eulalia:Archivo documental

M. del Mar Ordóñez

Moñi de Castro

Seni Suárez

DOCUMENTACIÓN

EL GÉNERO DE LA ECONOMÍA O LA ECONOMÍA DE GÉNERO
Actas del VIII Congreso Estatal Isonomía sobre igualdad entre mujeres y hombres.

Organización Panamericana de la Salud: La economía invisible y las desigualdades de género. La importancia de medir y valorar el trabajo no remunerado. Washington, D.C.: OPS, © 2008 ISBN 978-92-75-33224-5

San Froilán.

¡CARRO A LA VIRGEN!

San Froilán es fiesta de la ciudad de León, y de todo su alfoz; celebrada con mucha tradición en todas las localidades del municipio de Sariegos que siempre ha participado en la romería con el adorno de sus carros, «carros engalanados» y sus pendones.

Se celebra la Tradicional Romería de San Froilán a La Virgen del Camino, romería de las tradiciones, declarada de interés turístico provincial y regional, es la más importante de la provincia de León, congregando en un solo día a más de 60.000 ‘romeros’ y no menos de 50 carros engalanados tirados por parejas de vacas, burros, caballos y bueyes, cuyos adornos representan diferentes escenas del campo, de los hogares rurales o de la labranza.

El historiador Juan Pastrana en 1521 documenta por primera vez, la romería a la Virgen del Camino que se celebraba e 16 de agosto.

El periodista e historiador Modesto Lafuente, a mediados del siglo XIX, ya documenta la concurrencia de carros engalanados a esta romería, así como su carácter singular:

“Son los típicos ¡Carro a la Virgen!, exclusivos de León. Los toldos los constituyen infaliblemente las colchas de las camas, lo cual hace una visualidad semichinesca y tan taraceada de remiendos de diversos colores que nada me parece tan comparable como al mosaico del mundo”.

En la presentación, carros y pendones, familias y fiesta en San Froilán, romeros a la Viergen del Camino, de Azadinos, Carbajal de la Legua, Pobladura del Bernesga y Sariegos, en años anteriores:

«Perdones» de la Virgen

Los romeros que asisten a la Virgen del Camino tienen la obligación de bajar «los perdones» a las personas que no pudieron asistir. Se trata de una antigua costumbre de regalar avellanas que ya es citada por la «Pícara Justina».

Mercado tradicional

Durante la celebración de San Froilán en la Virgen del Camino se realizaba un mercado tradicional en el que las familias podían proveerse de aperos de labranza y alimentos suficientes para pasar el invierno. Hoy en día estos puestos han ido desapareciendo, pero se mantienen aquellos que ofrecen frutos secos y frutas de otoño de la provincia, los tradicionales «perdones» y recuerdos del día.

Misa de San Froilán

En 2021, la celebracicón se ha llevado a cabo con medidas de distanciamiento en la Basílica de la Virgen del Camino, presidida por primera vez por el obispo Luis Ángel de las Heras.

Comida en campiña

Los romeros a la Virgen del Camino celebran una comida en los campos, jardines , en comunidad y compartiendo viandas. Es un día de hermanamiento, de tradición y convivencia entre los pueblos del viejo reino mantenido durante siglos de historia.

ENGALANAR EL CARRO

En los pueblos del alfoz de la ciudad de León, podemos asegurar que la fiesta comienza cuando se decide «engalanar el carro». Cuando los días del verano han pasado ya y el frío comienza a llegar a la provincia, la fiesta de los carros y pendones trae de nuevo a los hogares momentos de fiesta, reunión familiar y tradición que une con lazos estrechos a todos los miembros de las familias, de abuelos a nietos, buscando en los baúles los trajes regionales y por los rincones aquellos objetos más ligados a la tradición, dependiendo del enfoque que ese año se le dé al carro, pues nunca se adornan del mismo modo.

CARROS EN LEÓN

En 1991 el carro de Carbajal de la Legua, en su categoría de «burros» fue premiado por su presentación:

DESFILE DE PENDONES

Los pendones son la representación de cada pueblo. Desde la Edad Media, cada localidad de León es representada por unos colores en estas enormes banderas de colores en tela de Damasco. Los pendones acuden en romería a la Virgen del Camino el día de San Froilán y el domingo anterior a la ciudad de León y allí acúden también los de Azadinos, Carbajal de la Legua, Pobladura del Bernesga y Sariegos; son lucidos y «bailados» con orgullo por sus porteadores que han de vigilar que no caigan y desfilar dotando de gran colorido y ambiente al desfile de romeros.

LOS NIÑOS EN LA FIESTA

Es difícil imaginar la alegría con que se vive la fiesta de San Froilán en la provincia de León, fiesta que une muchos aspectos como el colorido, la música, la tradición y fundamentalmente la relación con el campo, la agricultura y la ganadería y su dura explotación; la gastronomía, pues no han de faltar morcillas y «jijas», «perdones» de la Virgen y, más recientemente, las rosquillas del santo.

Es una fiesta en la que padres y abuelos transmiten la tradición a los niños, procurándoles así fuertes raíces y apego familiar lo que les protejerá a lo largo de su vida. Es por ello, que a los niños se les viste con orgullo con los trajes de cada región, igual que los lucen los padres, tíos, abuelos,… toda la familia que participa en la fiesta.

LAS CANTADERAS

La fiesta en la ciudad cuenta con la tradición de «Las cantaderas». El domingo anterior al 5 de octubre celebra este acto declarado de Interés Turístico Regional, que hunde sus raíces en la ofrenda que las tropas del rey leonés Ramiro I hicieron a la Virgen de Regla para agradecer su victoria frente a los soldados de Abderramán II en la batalla de Clavijo (siglo IX).

«LOS CARROS» SUSPENDIDOS POR «CÓVID»

Pasarán a la historia ya, como un acontecimiento anecdótico, los dos únicos años en que carros, pendones y cantaderas fueron suspendidos por la pandemia del covid; si bien, es difícil para los leoneses empezar el invierno sin el colorido de la fiesta de San Froilán por lo que en este año de 2021, carros y pendones fueron expuestos en la ciudad de León, sin su recorrido habitual, para poder disfrutar de ellos sin grandes aglomeraciones de público.

¡Feliz San Froilán y que lo celebremos con salud!

VIDA DE SAN FROILÁN: EREMITA Y OBISPO DE LEÓN

Conocemos algo de la vida de San Froilan a través de una corta biografía del año 920 de la que se ignora el autor. El P. Domingo Ibarreta, monje de Silos y académico de número de aquella, en 1770 encontró una vida inédita de San Froilán, que publicó España Sagrada en su tomo XXXIV.

Froilán nace en Lugo hacia el año 833. Es hijo de los condes de Lugo y lleva vida de estudiante hasta que aproximadamente a los 18 años, se prepara para el sacerdocio.

Su vida espiritual entra en crisis y se hace ermitaño retirándose según parece a una gruta en Vega de Valcarce, El Bierzo. Mientras tanto, estallan las revueltas mozárabes en la España musulmana. 

A lo largo de los años, su vida se ve marcada por diferentes acontecimientos que irán forjando poco a poco su destino, tal vez uno de los más importantes conocer al sacerdote mozárabe de Tarazona, Atilano, con el cual emprenderá una vida monacal y de reforma de la vida eremítica, con ánimo de atender únicamente a su perfección y a la unión conDios. Se retiran a lo más quebrado de las montañas leonesas, el monte Cucurrino (hoy conocido como monte Curueño).

Pero los pueblos en masa le seguían a su celda solitaria. Con las muchedumbres iban magnates y obispos que anhelaban oír su palabra. Entre sus oyentes se despertaron numerosos seguidores cautivados por sus ejemplos. Ante los ruegos insistentes se ve forzado a bajar a la ciudad de Viseu. Allí erige su primer monasterio, que llenará pronto con 300 monjes. Es el comienzo de una nueva etapa: fundador de cenobios.

Su fama salta los montes de León y llega a oídos de Alfonso III en Oviedo, la capital. El rey le envía mensajeros ordenándole venir a su corte.

Se fija en él para la gigantesca obra de repoblación que había comenzado su padre, Ordoño I. Las fronteras del reino leonés llegaban por el sur hasta la línea del Duero. había que ir empujando la frontera más abajo. Para eso, en la zona norte del Duero era necesario levantar los poblados destruidos y poner en explotación las tierras abandonadas. Ninguna fuerza más cohesiva para dar vida a estas preocupaciones regias que la acción colonizadora de los monasterios.

El rey concedió al monje amplias facultades para visitar todos sus dominios y levantar cenobios a cuyo amparo se acogiesen los nuevos poblados. Estas agrupaciones humanas, así formadas, constituían una unidad política cuyo jefe era el abad, y sus agentes y maestros los monjes, que enseñaban las artes de la paz e infundían el espíritu de cruzada en la guerra de reconquista.

El pueblo lo reclama como obispo para la sede de León. Muy a pesar suyo, fue consagrado como tal cuando contaba 68 años de edad. Los ceremoniales fueron presenciados por el rey y toda la corte del momento, lo que da una idea de la importancia de la figura de San Froilán en la época.

Imagen de San Froilán en la nueva iglesia de la Virgen del Camino. En algún momento se hizo tradicional «tirarle de las narices al santo» tradición que ha sufrido un paréntesis en los años de la pandemia.

Muere a la edad de 73 años, el 5 de octubre.en el siglo XII, es canonizado por el Papa Urbano II

El pueblo inmediatamente lo venera como santo y su fama se extiende por toda la Iglesia.

Es patrono de las diócesis de León y Lugo . Sus restos se conservan en un arca del altar mayor de la catedral de León.

FOTOGRAFÍAS FACILITADAS POR:

Asociación la Panzuela, de Pobaldura del Bernesga, fondo documental.

Domingo García García

Javier Gutiérrez

Maria Gutiérrez

M. Antonia Barrio Fernández

M. Mar Ordóñez Álvarez

INFORMARON

Asociación de Mujeres Santa Eulalia, de Azadinos.

Asociación La Panzuela de Pobladura del Berenesga.

Grupo de Envejecimiento Activo, de Carbajal de la Legua

Grupo «Patrimonio de Carbajal»

DOCUMENTACIÓN:

Ceranda: CONCENTRACION de carros engalanados en la plaza del Grano de León: ofrenda anual de los hombres del campo leonés a San Froilán

DE PRADO REYERO, JULIO (!994): Siguiendo las huellas de San Froilán. Ed. San Esteban.Salamanca. ISBN 84-87577-70-8

Diputación de León: Romería de San Froilán de La Virgen del Camino.

Doble V Televisión: Romería de San Froilán de La Virgen del Camino – La Romería de las Tradiciones Leonesas.

ILeón: «¡Carro a la Virgen!»: Historia de las romerías leonesas en el santuario del Camino

Wikipedia: Froilán de León.