El blog sobre nuestro patrimonio, material e inmaterial, cumple un año y queremos dedicar la ocasión a presentar una entrada sobre una tradición muy leonesa para las celebraciones de aniversario.
En León, y también en nuestro municipio, se celebra una tradición ancestral el día de los cumpleaños, colocando una «cuelga» alrededor del cuello de los niños o, en algunas familias, en el día del santo.
Este obsequio consiste en preparar un largo collar lleno de caramelos o golosinas de todo tipo. En un momento de descuido, se introduce la cuelga por la cabeza, desde la espalda, de modo que resulte una sorpresa, al tiempo que todos los familiares presentes, con gran algarabía, le felicitan el cumpleaños, le tiran de las orejas o le cantan el «cumpleaños feliz».
Antiguamente, los padres o padrinos preparaban esta cuelga con una cuerda de cáñamo, que era la que se encontraba en casa para todos los menesteres que se precisasen, como atar los embutidos, por ejemplo. Con esta cuerda se ataban los dulces a los que se tenía acceso en las familias, que fueron en un principio las roscas caseras, frutos de temporada como castañas o avellanas en otoño, y otros frutos que, en aquel momento, eran de escaso consumo, como naranjas o manzanas.
Esta cuelga fue transformándose a medida que el poder adquisitivo fue mayor y al entrar en el mercado productos más variados y de alegre colorido; así, fueron añadiéndose caramelos, que en León eran los famosos «ronchitos» o los típicos gajos de limón o naranja de «caramelos Santos»; chupachups, palotes, bolsitas de piñones, etc.
Pasaron unos años en que las costumbres locales decayeron y en muchas familias la tradición de la cuelga quedó atrás, tal vez por la gran cantidad de juguetes que aparecían en el mercado; sin embargo, esto fue un corto paréntesis pues muchas tradiciones resurgieron con fuerza y la cuelga irrumpió también en el mercado local y ya podemos encontrar en este momento grandes collaradas de dulces de todo tipo con lazos de colores y celofanes brillantes.
Una emotiva celebración en nuestro municipio.
El amor por lo nuestro y la alegría con que este acontecimiento se recibe ha ampliado incluso el uso de la cuelga hacia todos nuestros seres queridos y muy especialmente hacia los abuelos de modo que, ahora, es raro no «colgar» a los homenajeados de la familia sean padres, abuelos o cualquier ser querido.
En el día de ayer, nuestro vecino Manuel Martínez Llanos, cumplió 100 años, y muchas entidades de la localidad de Azadinos, como el colegio y la Junta Vecinal, quisieron felicitarle y estar presentes en su celebración. También el Ayuntamiento de Sariegos le acompañó y felicitó no sólo por su edad, también por la buena relación de vecindad que mantuvo en su pueblo; y, como no, le «colgo» con la tradicional cuelga leonesa, junto con la entrega de otros obsequios.
Una tradición antiquísima
Sobre las raíces de esta tradición no encontramos documentación alguna, se ha transmitido de padres a hijos y, tal vez por lo natural del acontecimiento, no se han realizado estudios al respecto. Sabemos que en muchas culturas el colocar collares, como los de flores, a una persona, es un gesto de buenos deseos, de bienvenida, o en este caso de la cuelga leonesa, se trata de desear un año feliz a la persona que lo inicia y transmitir el cariño y protección de sus seres queridos; pero no podemos saber dónde o cuándo comenzó esta tradición ni por qué especialmente en nuestra provincia o por qué quedan aquí restos de esta tradición si es que fue más general. Encontramos algún texto en Internet que cita que esta costumbre de la cuelga comenzó en las montañas de León, pero no aparece ningún documento que sostenga esta tesis, sin embargo, todos tenemos amigos distribuidos por toda la provincia leonesa y todos recuerdan haber puesto o recibido la cuelga en sus hogares.
El Diccionario de la Real Academia si nombra el término de cuelga:
2. f. coloq. Regalo que se da a alguien en el día de su cumpleaños.
En unos versos de Quevedo podemos encontrar lo que puede ser una referencia a la cuelga leonesa:
Si yo me muero, me olvidan,
y si cumplo años, me cuelgan;
si vengo, dicen qué traigo,
si voy, que lleve encomiendas.
La cuelga a San Froilán
También es muy significativo poner la cuelga a San Froilán el día de la subida o Romería a la Virgen del Camino, momentos muy emotivos en donde se le hacen vivas al mismo, a la patrona del pueblo leonés y a León. Como hemos narrado en la entrada sobre San Froilán, es para los leoneses esta tradición muy profunda y ligada a las raíces y sentimientos de la tierra y se comenzó a ponerle la cuelga en el momento en que todas las tradiciones retornaban con fuerza.
DOCUMENTACIÓN
Blog Pequeñas historia de España.
Diaro de León; SUSANA VERGARA PEDREIRA; 5 DE OCTUBRE DE 2015: Rito y Tradición.
Raquel FUENTES (2019): Canciones y ritos de cumpleaños en Europa
Birthday songs and rites in Europe. (Universidad de Alcalá de Henares)
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