Para conocer el origen del pueblo de Azadinos tenemos que remontarnos cientos de años atrás.
Como otros muchos pueblos de la provincia de León, parece ser que Azadinos, y los desaparecidos Santa Eulalia (Santa Olalla) o Rebollo, se originaron en la Alta Edad Media, cuando los reyes organizaron una repoblación para la ocupación de territorios tras la invasión musulmana, y, estando tan cerca de la ciudad de León, su crecimiento se vería influenciado por la vida en la capital del reino.
Durante la invasión sarracena, se despobló una zona al norte del Duero que llegaba hasta las montañas leonesas, al parecer por razones estratégicas. A medida que los reinos cristianos avanzaban hacia el Sur, los reyes trataban de repoblar esas zonas, otorgando tierras y privilegios a las familias que se asentaban. Los reyes y la Iglesia trabajaban en conexión para lograr el repoblamiento al norte del Duero frente al poder morisco.
Los reyes habrían llegado desde Asturias para situar el centro del reino en la capital leonesa. La ciudad de León no se parecía en absoluto a lo que hoy conocemos. Posiblemente fuese una pequeña villa, ocupando lo que había sido el campamento romano de la Legio VII.
Los grandes monumentos que hoy conocemos no existían y no habría muchos pobladores: algunos que habrían permanecido durante la invasión musulmana y personas que estaban llegando para cubrir las necesidades de la corte.
Este momento histórico es paralelo al descubrimiento de la tumba de Santiago en Galicia, lo que tuvo mucha importancia en el desarrollo de León, y así, en 1152, reinando Alfonso VII de León y gracias a la donación realizada por su hermana, la infanta Sancha, se comienza la construcción de lo que iba a ser un modesto edificio destinado a dar cobijo a gente pobre y a los peregrinos que pasaban por la ciudad haciendo el Camino de Santiago. Se proyectó como albergue y hospital, que se construiría a orillas del río Bernesga junto al puente que lo cruza y bajo la advocación de San Marcos, ya fuera de la ciudad amurallada.
En esos mismos años, se estaba organizando la Orden de los caballeros de Santiago y por deseos del nuevo rey Fernando II, el obispo entrega a la orden la gestión del lugar convirtiéndose en priorato. Hasta el siglo XV fue creciendo en poderes, gestionando muchas tierras alrededor, tierras de las cuales muchas pertenecen hoy a la localidad de Azadinos, como es el caso del Pradón de los Monjes del que ya hablamos en este blog.
Cerca de la ciudad de León, había una vega muy fértil, llena de frondosos bosques, donde se estaban asentando pobladores en pequeñas villas. Suelen ser familias que se agrupan en zonas donde pueden obtener buenos recursos para construir una vivienda y abastecerse de su trabajo en la agricultura, ganadería o algún trabajo artesanal para proveer a la clase noble que llega a la ciudad, como el trabajo en la madera para construir viviendas, carros, barriles, etc. Estamos hablando de la Ribera del Bernesga.
Allí aparece una pequeña villa que se conocía con el nombre de «Zadinos» o «Zatinos», después conocido como «Azadinos». Las primeras casas se asentaron cerca del río y en torno a la presa, que posiblemente se realizase en el mismo momento.
En torno a la iglesia se asienta otra villa, que debió llamarse Santa Olalla, o Santolalla y más tarde Santa Eulalia.
Una tercera villa se localiza en la zona, Rebollo, y, posiblemente también en estos momentos, los moradores de Sariegos y Pobladura estaban llegando al lugar.
El paisaje de la ribera del Bernesga tampoco se parecería en absoluto al actual, un camino, tal vez de tierra, tal vez de piedra, romano, partía de la ciudad de León por el puente sobre el río para llegar a Oviedo, por el que circulaban aquellos primeros peregrinos, y toscos caminos vecinales acercarían cada nueva villa al camino principal.
En estos terrenos se fueron asentando familias que mantendrían una relación de vasallaje con estas instituciones, se les entregaba el terreno y poder de obtención del material para construir sus casas y de terreno para el cultivo; pero el fruto de su trabajo, agrícola, ganadero, forestal o artesano, debía ser entregado en su mayoría a los poderes que sobre ella gobernaban, que serían el Concejo de León, la Iglesia y la Orden de Santiago.
Como nos narra Wenceslao Álvarez Oblanca, había una población que ocupaba las cercanías de la presa a la que se denominaba «vecinos de Azadinos» que trabajaba tierras que eran propiedad de San Marcos. Otro grupo de población se asentó en la zona donde hoy está la iglesia a los que se les conocía como «vecinos de Santa Eulalia».
Como nos explica esta autor, «La orden de Santiago mantenía acuerdos con los vecinos de Azadinos, dejándoles trabajar y llevar los ganados a las propiedades del convento, como Alisar, o el monte que poseía al otro lado del río, cerca de Carbajal. En cambio, se negaba a que hiciesen lo mismo los vecinos de Santa Eulalia».
Los vecinos de nuestros pueblos mantenían una relación entre ellos de solidaridad mutua, que se extremaba en momentos como cuando había que construir una casa para una nueva pareja, cuando había que cortar la hierba antes de las tormentas de verano o si había que apagar un fuego. Esta solidaridad de buena vecindad natural u ordenada por normas concejiles, llegó hasta bien avanzado el siglo XX.
Esta relación solidaria era muy patente entre los vecinos de Azadinos y los de Santa Eulalia, hasta el extremo de quedar reflejada en antiguos documentos con el término de andar «a rejas vueltas«, expresión que denota la ayuda mutua especialmente para realizar labores del campo juntos.
Pero esta ayuda mutua unía a los vecinos más allá del laboreo en el campo, y así se unieron ante conflictos con los monjes de San Marcos cuando éstos quisieron exigir a los vecinos algo más que lo pactado, lo que molestaba a los monjes hasta el punto de denunciar esta unión, llevándolo a juicio ante lo que el juez falló:
«por cuanto nos consta que de dos años a esta parte los concejos de Santolalla e Açadinos se han juntado e hechos los términos unos, a rejas vueltas, mandamos que cada concejo tenga su término sobres sí, como lo solía tener antes que asó se juntase»
(A.O. Wenceslao op. cit)
La unión entre los vecinos de Azadinos y Santa Eulalia, pese a todas las sentencias, acabó imponiéndose. Así se deduce de las diligencias de otro pleito ocurrido en 1546.
A partir de 1792 sólo aparece ya citado Azadinos en los documentos que se encuentran sobre la zona.
DOCUMENTACIÓN
ÁLVAREZ OBLANCA, WENCESLAO (2006): Azadinos, apuntes para su historia. Lobo Sapiens.ISBN: 978-84-934591-7-8
GARCÍA VILLADA, ZACARÍAS (1919): De los códices y documentos de la Catedral de León: «…año 1026 hasta el siglo xix. 2048 a 2058. Apeos de Santa Olalla, Azadinos, Arcahueja, Armunia, Ardoncino y Aguilar de…»
GUTIÉRREZ GARCÍA, FRANCISCO: Archivo Histórico Nacional, UNIVERSIDADES,521,Exp.8. Legajo de 1662 encontrado en el archivo de la Iglesia de Santa Olalla de Azadinos.
LAGUNAS, CECILIA – ROSAS VON RITTERSTEIN, RAÚL: La gestión de un patrimonio eclesiástico. El convento santiaguista de San Marcos de León. Siglos XV – XIX. Universidad Nacional de Luján, Provincia de Buenos Aires. Argentina.
MINISTERIO DE CULTURA Y DEPORTE, Archivo histórico nacional: Iglesia de Santa Eulalia de Azadinos (León).
PEDRO OÑA: Blog El aula de Historia. Plano típico de la ciudad romana.
POSADILLA, JUAN DE DIOS: Episcopologio legionense : año de 1899. León : [s.n.], 1899 : Imp. de Maximino A. Miñón)
VANINA NEYRA, ANDREA Y PÉREZ, ARIEL (2020): Obispos y monasterios en la Edad Media. Monasterios, iglesias locales y articulación religiosa de la diócesis de León en la Alta Edad Media (pp 95-124). Sociedad argentina de estudios medievales.
Evolución de los poblados leoneses. (PP 59-79)
El Concejo. El Fuero de León. Ileón.es.